Ingredientes

  • ajo
  • conejo
  • guindilla
  • laurel
  • vino blanco
  • agua
  • harina
  • aceite de oliva
  • perejil fresco
  • pimienta negra

Elaboración

Limpia bien el conejo y corta en trozos medianos. Pela los dientes de ajo y corta en pequeñas rodajas. En una cacerola pon dos dedos de aceite y añade el ajo cortadito. Cuando empiece a dorarse sácalo de la cacerola.

Coge el conejo cortado y añade sal y pimienta con generosidad. Echa a la cacerola con el aceite bien caliente y cuando esté cogiendo ya color echa la hoja de laurel, la guindilla y de nuevo el ajo que has dorado. Rehoga unos minutos  y echa la harina. Después, sigue removiendo de vez en cuando y que se vaya cocinando poco a poco a fuego medio alto. Cuando hayan pasado unos minutos, sube el fuego e incorpora el vino. Baja el fuego y deja que reduzca un poco.

Por último, añade el agua y deja que cocine a fuego medio. Cuando la textura de la salsa sea la adecuada, que haya espesado un poco, rectifica de sal si es necesario. El último toque dáselo con perejil picado. Sirve bien caliente y decora cada plato con unas hojitas de perejil fresco.