Desde la sencillez y alejado de cualquier adorno superfluo, el Alcalde de Los Santos de Maimona, Manuel Lavado Barroso, pregonó la Semana Santa Santeña, un pregón con un profundo humanismo cristiano posicionado al lado de los que más necesitan.

Así como “cristiano imperfecto desgranó las debilidades humanas en cada estación de penitencia, una sociedad deshumanizada y egoísta que mira para otro lado para no encontrarse con el dolor del prójimo. Alabó la figura del Dios Hombre que vino para “mostrarnos el camino” para “marcar la senda”.

Tuvo palabras llenas de emoción para los niños “y los cristianos debemos alzar la voz por todos esos niños que mueren en guerras, que son explotados en el mercado laboral, que no tienen acceso a la educación o a la sanidad, por todos esos niños inocentes que les ha tocado la papeleta de vivir en lo que hemos dado en llamar tercer mundo”. Unos niños que están al otro lado de los niños occidentales, “donde los estamos alejando del mundo de los valores, donde estamos creando un halo en el que el niño merece todo sin esfuerzo y siempre con el miedo de los padres a decirles NO para no desestabilizar su personalidad”.

Criticó la falta de valores y como ejemplo habló de los mayores “que empiezan a ser una dura carga para sus familias y que terminan en Asilos y Residencias, desprendidos, arrancados del núcleo familiar y que sólo son visitados cuando nuestros importantes trabajos o innumerables actos sociales nos lo permiten”.

“El hombre es el lobo del hombre”. “El Dios hombre está solo, atado, azotado, flagelado y burlado. Y el hombre de hoy, después de XXI siglos, sigue siendo lobo para el hombre porque el egoísmo sigue reinando sobre nosotros”.

“El Dios hombre sigue sufriendo cuando vendemos nuestra vida por 30 monedas de plata, cuando solo nos importa poseer y atesorar riquezas o cuando vendemos nuestros ideales por cuestiones que no merecen la pena. Sigue sufriendo cuando ve la violencia entre los hombres como aquellos que lo apresaron con palos y espadas. La violencia para imponer nuestras ideas o la violencia machista tratando que desvirtúa sin límites al género humano. Sigue sufriendo cuando permanecemos impasibles ante los marginados, los refugiados, los que no tienen un hogar o los que sufren a causa de las adicciones”.

Desde la sencilla pidió la defensa de la religión porque “seguimos crucificando a Cristo cuando no reaccionamos ante los continuos ataques del laicismo fundamentalista, cuando se atreven a profanar capillas cristianas en centros educativos, cuando ridiculizan nuestra semana santa con procesiones obscenas o cuando se burlan de nuestro símbolo más preciado: el Padrenuestro”.

Palabras en honor a las mujeres como las del Papa Francisco al afirma que “la Iglesia es mujer” dando importancia a “la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera la vida.” Ante esto, afirmó que “la mujer no debe sentirse invitada sino participante a título pleno en los distintos ámbitos de la vida social y eclesial. Es un desafío, según el Papa Francisco, que no se puede retrasar más. Como María, la mujer que aglutina el silencio de las mujeres santeñas en la soledad de una fría noche de viernes santo. Donde en silencio pero con la energía y la fuerza femenina reivindicamos la importancia y el protagonismo de la mujer en nuestra sociedad y denunciamos y repudiamos el machismo y la violencia que en muchos casos las azota”.

Un pregón que reivindicó los auténticos valores cristianos desde la sencillez, la emoción y la intensidad de un creyente que habló desde “el humanismo cristiano” en defensa de los valores humanos.

El encargado de presentarlo fue Antonio Marín sucesor de Manuel Lavado en la Presidencia de la Coordinadora de Cofradías y que este año ostenta Ceci Vázquez.

Al final del Pregón se hizo un reconocimiento a los miembros de la Coordinadora de Cofradías que habían dejado sus cargos y se entregaron los premios de los distintos concursos convocados en los Colegios: redacción o dibujo.

La Banda de Música de Los Santos ofreció un pequeño concierto de música cofrade, interpretando varias marchas procesionales bajo la dirección de su maestro José María Arrabal