Ingredientes:

  • 1 kg de tomates
  • 500 g de azúcar
  • El zumo de 1 limón

Elaboración:

En primer lugar, escaldamos los tomates en agua hirviendo durante unos segundos. Es aconsejable hacerles una cruz en la base.

Una vez pelados y quitada la semilla, lo trocearemos con un cuchillo y pesamos para equilibrar en azúcar. Tenemos que tener en cuenta que debemos poner la mitad del peso del tomate en azúcar. Si tuviéramos 500 gr. de tomate pondríamos 250 gr. de azúcar. Si agregamos azúcar blanca con azúcar moreno obtendremos un sabor más rico.

Mezclamos bien el tomate junto con azúcar y dejamos en reposo 30 minutos para que el azúcar se vaya disolviendo con el agua que irá soltando el tomate.

Pasado este tiempo, ponemos el tomate con el azúcar en una cacerola (si es alta mejor para protegernos un poco de las salpicaduras). Añadimos el zumo de limón y ponemos a fuego medio durante 10 minutos (si se forma espuma en la superficie la quitamos con una espumadera).

Luego, subimos el fuego para que hierva la mezcla y removemos constantemente para que no nos salte el tomate durante 5 minutos.

A continuación, dejamos a fuego bajo de 20 a 30 minutos dependiendo de la consistencia que queramos darle teniendo en cuenta que no debemos dejar la mezcla muy seca.

Cuando la mermelada esté lista, la apartaremos del fuego y dejaremos que se enfríe un poco. Por último, la meteremos en un tarro hermético que esté esterilizado previamente y lista.