El próximo noviembre, el profesor de matemáticas y director del IESO Meléndez Valdés de Villafranca de los Barros, Fernando Merino Muriana cumplirá 53 años, mucho ha llovido ya desde que llegase del IES Santiago Apóstol de Almendralejo, capital de Tierra de Barros encontrándose con varios compañeros de otros institutos a los que conocía tras haberles dado clase.

Hoy nos damos cita con él, cuando el próximo curso no sólo cumplirá 30 años en la enseñanza sino que a principios de año, conocerá las obras del nuevo Instituto de Enseñanza Secundaria de Villafranca de los Barros, durante su coordinación. “la que según la última visita del Presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara se hará en dos fases, primera las partes comunes (gimnasio, despachos, usos múltiples…. y Formación profesional), así como adecuar el actual edificio para, solo ESO y Bachillerato, después una segunda fase con las aulas para la ESO y los Bachilleratos. Hay cedidos por parte del Ayuntamiento 15.000 metros cuadrados y otros cinco mil pegados para aparcamientos” comenta Merino.

Director del centro que lleva el nombre del ilustre poeta, jurista y político español Meléndez Valdés, quien naciese en la vecina localidad de Ribera del Fresno a mediados del siglo XVIII, apunta Fernando, “el centro siempre creo que se pensó y se hizo en Villafranca, el nombre obviamente es de Ribera, supongo que discusiones sesudas decidirán que el más erudito de la zona era Juan Meléndez Valdés y a mí, me encanta. Cuando se proyectó el de Ribera, sí se nos pidió, no recuerdo bien si fue Educación, el Ayuntamiento de Ribera o el propio IESO, que cambiáramos el nombre para ponerle este al de Ribera, obviamente nos negamos”.

Defensor del centro que en estos momentos dirige, Fernando Merino el pasado sábado mostraba las instalaciones a antiguos alumnos/as que quisieron acercarse aprovechando la convivencia que les volvería a reunir tras más de 24 años en aquellas primeras clases del Meléndez. Confiesa así la sensación les trasladaron durante la visita, “sensación de ellos por lo que decía de nostalgia, parecía que fue ayer, muchos han vuelto pero como padres, el sábado fue distinto, volvían con sus compañeros. Mía, pues de incredulidad, -sonríe- no parece que pueda hacer tantos años, en fin, sigo sin poder creerme que lleve en esto tantos años”.

Y es que este villafranqués les daría clase a muchos de ellos, en esa época informática y matemáticas, en primero de la reforma de las enseñanzas medias, 1º de REM, había entonces en las clases aquellas de tubos que todos recordaron hasta el grupo M.

Merino Muriana les haría una visita guiada recorriendo por edificios y plantas, edificio viejo planta baja para que conocieran la sala de profesores por primera vez en su vida, para la mayoría, el salón de actos que seguía igual salvo las sillas que se cambiaron las de pala por las que se quitaron del Cine Festival, la biblioteca que en los años 90 era inexistente porque no se usaba, las aulas de tecnología que ocuparon algunos de los talleres de automoción y algunas aulas mostró para que conocieran la evolución, cambio de mesas y la informatización y digitalización de las mismas dejó a muchos embobados.

Fernando les acompañaría después al edificio “nuevo”, los talleres de automoción (carrocería, electromecánica y automoción), el ciclo de electricidad que les sorprendió porque en aquellos años no se ofertaría, y las instalaciones de administrativo. Recorrido que seguiría por el laboratorio, con las vistas conocidas ya por estos antiguos alumnos que recordaban de como se divisaban desde las de la primera y segunda planta.

Momento que recuerda este profesor de matemáticas de como la mudanza se hizo en las navidades del 90, y tras convivir ESO y Bachillerato con la FP se refundió todo, el (instituto de bachillerato) y el centro de formación profesional en el actual IES Meléndez Valdés.

Recuerdos de como se alcanzaría en aquellos años a 1300 alumnos, después se hicieron los centros de la Fuente, Hornachos y Ribera, “y aun así nos mantuvimos en números parecidos, porque se fue ampliando la oferta formativa, hemos estado y estamos rondando siempre los 1000 alumnos. En aquellos años llegamos a casi 100, 98 fuimos varios años, ahora oscilamos entre 88 y 90” apunta Fernando. Ahora solo Villafranca ocupa el centro en la ESO y Ribera y Villafranca en Bachillerato. En la FP los hay de todas partes, incluso de fuera de nuestra comunidad. En los bachillerato cada vez es más normal tener alumnos de Hornachos o la Fuente por aquello de las optativas, aquí se ofertan y se imparten todas. Al igual que las enseñanzas nocturnas, al ser para adultos los hay de más sitios.

Al preguntar por cuando se prevé empezarán las obras del nuevo centro, “cuando vinieron Vara y la consejera con motivo del encuentro bilingüe dijeron que en marzo saldria en el doe la licitación del proyecto”.

“Para mí siempre es un placer recibir a antiguos alumnos y con alguna promoción con la que me siento muy identificado y a la que le tengo especial cariño siempre he comentado con algunos de ellos la idea de comenzar a organizar desde el centro encuentros a los 10 y 25 años, pero el día a día nos quita el tiempo. No descarto hacerlo pero hasta ahora… La promoción de la que te hablo que para mí es especial, es por un grupo que casi todos son de Ribera, aunque eso no se dice porque las otras promociones de alumnos míos podrían enfadarse, pero sí, esa es de la que mejor recuerdos tengo con diferencia, fueron especiales desde el principio, los tuve tres años seguidos por elección propia (ahí no dejé actuar al azar, nunca lo hago)-sonríe- y casi todos de Ribera, excelentes personas y excelentes alumnos. En general los alumnos de Ribera son muy buenos, y la verdad, con los alumnos que al final mantengo más relación salvo excepciones son de Ribera”, finaliza Fernando Merino.

Juan Francisco Llano