Hoy, 4 de diciembre de 2018 en Badajoz, y el día 6 en Madrid, vamos a conmemorar los 40 años de la Constitución. Algunos de los constituyentes llegábamos como niños a la primera comunión, con plena ilusión y creyendo que nosotros éramos los elegidos que íbamos a cambiar España y cada cual su región por el solo hecho de detectar los problemas y denunciarlos.

Ahora, con 40 años más y las experiencias pasadas, algunos podemos mantener la ilusión del cambio y la mejora, pero con mayor sentido crítico y cierta nostalgia de aquellas fechas inolvidables y mágicas. Benditos años de inocencia y benditos 40 años de la Constitución. Quizás se arreglaron algunas cosas y parece unánime la idea de que son los 40 años mejores de nuestra historia democrática.

Yo hoy regalaré a mis compañeros constituyentes de Extremadura esa Constitución en extremeño que traduje, a mi modo, a los 25 años de la Constitución.

Es un día de alegría y de nostalgia. Algunos ya no están, pero los principios y los ideales siguen dirigiendo la vida de los españoles a través de la Constitución. Es, creo, la Constitución que más ha durado y, aunque algunos pretendan destruirla por egoísmo y avaricia, espero que dure muchos años por el bien de todos los españoles. Todo es mejorable, pero lo peor es que no se pretenda mejorar, sino destruir algo que fue el intento de todos sin que ningún partido pudiera atribuírsela en exclusiva.

Recuerdo las primeras impresiones cuando éramos recibidos en nuestros pueblos como si fuéramos héroes de una gran batalla. El pueblo disfrutaba con nosotros en plan masivo, incluso sacando el tamboril. En los bares llenos de alegría, la gente cantaba canciones populares, como si a todos nos hubiera tocado el gordo de Navidad. El pueblo entero, sin distinciones, se alegraba y disfrutaba de la libertad y de lo que esperábamos de la democracia recién estrenada.

Está claro que quedan muchas cosas por hacer, mucha justicia que realizar y muchas igualdades que conseguir. A pesar de todo, creemos en esta Constitución, como algo muy importante para nuestra vida como españoles. Extremadura tiene muchas reivindicaciones y promesas incumplidas, pero hoy vamos a alegrarnos de la libertad que disfrutamos y de la Constitución que tenemos.