FADEMUR ha recordado que el 90% de los municipios de España están en el medio rural y en él residen el 20,23% de la población femenina y el 21,57% de la población masculina. Las condiciones específicas del propio medio rural, tales como masculinización de la actividad agraria y pesquera, mayores dificultades  para acceder a servicios, también a las nuevas tecnologías, o la escasa representatividad de las mujeres rurales en puestos de responsabilidad y toma de decisiones, hacen que las mujeres rurales tengan dificultades añadidas por vivir en el medio rural. 

Las cifras ponen de manifiesto la falta de visibilidad de la actividad de las mujeres del medio rural en nuestro país. Por poner un ejemplo, según datos de la EPA de 2014, en el sector de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, estaban ocupadas un 23,3% de mujeres frente a un 76,7% de hombres. A nivel europeo, según datos del COPA-Cogeca, el 43% de los trabajadores sin retribución del sector agrícola europeo son mujeres, de las cuales, el 26% son propietarias de explotaciones. Para FADEMUR, esta situación se hace ”aún más lamentable en nuestro país, cuando tenemos una ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias que puede ayudar a paliarla. Ley que a día de hoy está guardada en un cajón sin recibir impulso del Gobierno ni de las Comunidades Autónomas”. 

“Estamos asistiendo a un retroceso de los avances conseguidos en las últimas décadas”, denuncian desde FADEMUR, los recortes producidos en los servicios públicos tienen efectos directos en el aumento del trabajo de cuidados, que recae de nuevo en las mujeres. Continúa aumentando el desempleo femenino, se incrementan las brechas de la desigualdad entre la ocupación femenina y la masculina y empeoran las condiciones laborales de las que aún conservan el empleo, fruto de las regresivas reformas laborales que han supuesto una recesión en el derecho a la igualdad.  

De nuevo, los criterios económicos se imponen a los criterios de igualdad y de accesibilidad de la población a los servicios públicos. Al cierre de las escuelas rurales, se suman la disminución de becas de transporte escolar o el cierre de las rutas escolares rurales y el copago en los comedores escolares. Hay que recordar la dispersión geográfica de muchos pueblos para los que el transporte y el comedor son servicios vitales para la asistencia a la escuela rural. 

Por otro lado, la economía de los municipios rurales depende en gran medida del desarrollo del sector agrario y de las oportunidades de empleo que ”sepamos encontrar para las mujeres”. Por eso desde FADEMUR exigen la puesta en marcha de incentivos para que las mujeres accedan a la titularidad compartida de las explotaciones agrarias y se realicen campañas informativas para que agricultoras y ganaderas conozcan sus derechos y los beneficios de acceder a una ley que por primera vez reconoce el trabajo de las mujeres rurales y les otorga el 50% de los derechos de la explotación familiar. También piden que se incluyan programas específicos de mujeres en el desarrollo de los planes de desarrollo rural, ya que no se ha incluido ninguna medida específica dirigida a las mujeres. 

Desde FADEMUR apuestan por la agricultura familiar y el desarrollo del modelo cooperativista como ”fórmula de empleo y desarrollo para nuestros pueblos”.  

Además según la Federación es ”fundamental” promover la presencia y representación paritaria de las mujeres en el ámbito económico, sindical, en la participación política y la toma de decisiones, la dirección de empresas, las cooperativas y los consejos de administración; presencia imprescindible para conseguir la integración igualitaria de las mujeres en la sociedad. 

“Animamos a participar a toda la ciudadanía en las manifestaciones que se realizarán en diferentes pueblos y ciudades en torno al 8 de marzo, a favor de los derechos de las mujeres y para denunciar los recortes sociales y legislativos en materia de igualdad”.