“Reconocer y reivindicar el carácter rural de Extremadura, rompiendo la equiparación de lo rural con lo atrasado, y de lo urbano con lo desarrollado, propia de épocas pasadas”.

Con esta declaración rotunda comienza el borrador de “Conclusiones” leído al final de la “Jornada provincial de análisis y valoración” que celebró la Diputación de Badajoz en Llerena el pasado 11 de marzo. Más de cien personas (políticos, técnicos y empresarios), se reunieron en el Centro Integral de Desarrollo Campiña Sur para debatir sobre “El nuevo modelo de desarrollo rural de la provincia de Badajoz” como cierre de las actuaciones llevadas a cabo en el Proyecto ROT II.

Cerca de treinta intervenciones jalonaron ese debate, en el que se expusieron experiencias rurales concretas (como las de Abla, en Almería; Cabeza la Vaca, en Badajoz; y Arroyo de la Luz, en Cáceres), se informó sobre algunos proyectos del ROT II (la escuela de emprendimiento, el proyecto PIES, los ecosistemas empresariales, la experiencia ColaborEM o la gestión de las áreas de preincubación e incubación de la red de Centros Integrantes de Desarrollo) y se abordó el futuro de las políticas de desarrollo desde la perspectiva de distintas instituciones: Área de Desarrollo de la Diputación de Badajoz, Red de Desarrollo Rural de Extremadura, Mancomunidades, Centros de Desarrollo, Ayuntamientos, Asociaciones de Empresarios, etc.

El enfoque de la Jornada lo proporcionó Amalio Rey García, que en la conferencia inaugural habló de la innovación social aplicada al desarrollo de los territorios. De cómo la participación social exige la cesión de poder por parte de las instituciones políticas. De cómo la burocracia no encaja con la innovación. O de cómo el problema de las empresas no es el tamaño, sino la relación que establezcan con otras empresas y con su entorno.

Durante todo el día, los participantes fueron aportando sus ideas para un documento que con el nombre de “50 medidas y compromisos para el desarrollo del espacio rural” pretende fijar las reivindicaciones del desarrollo rural para los próximos años.

El desarrollo rural se aplica sobre territorios con una identidad y en los que es obligada la sostenibilidad de las medidas propuestas. Pero la intervención en los territorios exige también tener en cuenta instrumentos organizativos que deben regirse por principios de cooperación, sin solapamiento de actuaciones y que tengan la participación como principio básico. No hay desarrollo sin participación. Como tampoco lo hay sin diversificación, sin emprendimiento, sin empleo, sin innovación y sin igualdad.