La figura femenina rayana es el tema protagonista de la exposición que se inaugurará en el Museo Etnográfico González Santana de Olivenza este viernes 17 de julio.
La muestra que lleva por título ‘La mujer en la Raya Hispano- Portuguesa’ se expone en la sala de usos múltiples como un estímulo para la visibilización de la labor que han llevado a cabo las mujeres en torno a las relaciones de complementariedad e interdependencia establecidas a lo largo de la frontera entre España y Portugal.
Esta colección –homenaje, que se presentará a las 20:00 horas y permanecerá abierta al público hasta el 13 de septiembre, consta de cinco secciones formadas por paneles explicativos estando complementada con fotografías y piezas del museo oliventino relacionadas con cada área temática.
En el apartado ‘Producción de alimentos’ se exhibe cómo en la sociedad prehistórica, las mujeres cazaban, pescaban, cultivaban, recolectaban, molían el grano, y además organizaban actividades diarias de limpieza, alimentación y cuidado de niños, mayores o enfermos al tiempo que enseñaban a sus hijos los valores del grupo y estrategias para sobrevivir, siendo así un pilar básico en el proceso de socialización.
En los que respecta al espacio de ‘Elaboración de alimentos’, se analiza cómo además de su presencia en la cocina, las mujeres rayanas han desempeñado simultáneamente otras labores productivas como ordeñar vacas, ovejas o cabras, empleando su leche para elaborar quesos para consumo propio o comercializarlos. También, es destacable su participación en la matanza del cerdo, sección en la que se rescatan algunas adivinhas (adivinanzas) así como en otros oficios populares como el de churrera.
La ‘Confección y cuidado de la ropa’, otro tradicional quehacer femenino, se ilustra con instrumentos de corte y confección (tijeras, agujas, alfileteros), de lavandería, planchado, encaje de bolillos y bordados. Si estas actividades si hacían para los demás, suponían un complemento a la economía doméstica.
Las ‘Profesiones liberales’ relacionadas con la mujer, como las de telefonista, niñera, dependienta, enfermera, maestra o encargada de fonda o pensión, ejercida por solteras o viudas, fueron apareciendo tímidamente entre finales del siglo XIX y a lo largo del XX.
Y en ‘Otras labores’ se señala la presencia femenina en el contrabando, la alfarería o la sanación. Se rescatan en este apartado algunas técnicas para evitar el alunamiento y quebranto.
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