El 24 de mayo de 1817, hoy hace 200 años, en la localidad francesa de Montpellier, fallecía Juan Meléndez Valdés. Poeta, jurista, político, había nacido en Ribera del Fresno en 1754. Es considerado el mejor poeta español del siglo XVIII.

Con motivo de esta efeméride, los convocantes del galardón,  Ayuntamiento de Ribera del Fresno, la Diputación de Badajoz y la Junta de Extremadura,  harán entrega del I Premio Nacional de Poesía “Meléndez Valdés” al autor gijonés Jordi Doce (1967), por su obra “No estábamos allí”, publicada por la editorial Pre-Textos. Dotado con 4.000 euros, con este premio se reconoce al mejor libro de poesía publicado en España durante 2016.

Acto de entrega del premio
El próximo viernes, 26 de mayo, a las 20:00 horas, tendrá lugar en el salón de actos del Ayuntamiento de Ribera del Fresno el acto de entrega del premio. Además del galardonado, Jordi Doce, intervendrán el presidente del jurado, el poeta Álvaro Valverde; la alcaldesa de Ribera del Fresno, Piedad Castrejón; el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo; y el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. Además, el acto estará amenizado por un dúo de piano y violín.

Juan Meléndez Valdés
Juan Meléndez Valdés nació el 11 de marzo de 1754 en Ribera del Fresno (Badajoz) . Aún niño, la familia se trasladó a Almendralejo y, años después, el joven Meléndez pasó a vivir a Madrid donde emprendió sus estudios, que prosiguió en la Universidad de Salamanca.  En 1780 fue premiado por la Real Academia de la Lengua por su poema “Batilo, égloga en alabanza de la vida en el campo”, y a partir de ahí su fama de poeta se acrecienta.

En Salamanca se doctora, ejerce como catedrático y se casa (1782). Deja la Universidad y se convierte en magistrado ejerciendo de alcalde del Crimen en Zaragoza, de Oidor de la Chancillería de Valladolid y de fiscal en Madrid. En 1791, el regente de la Audiencia de Extremadura, Arias Mon y Velarde, amigo de Meléndez, le encarga la redacción de su discurso de apertura, uno de los textos más importantes para la historia de Extremadura.

En agosto de 1798 y hasta 1808, Meléndez vive desterrado de la corte: Medina del Campo, Zamora y Salamanca. A los 54 años Fernando VII levanta el destierro de Meléndez en Salamanca y regresa a Madrid. Allí compone dos de sus poemas más famosos, “Las Alarmas”, proclamas en contra de los franceses.  En octubre jura al rey Fernando VII, pero a finales de diciembre, con los franceses de nuevo en Madrid, jura al rey José I y se convierte en afrancesado. Los franceses lo nombran consejero de Estado. Perdida la guerra, en junio de 1813 abandona España en un convoy de españoles afrancesados. Comienza un exilio en Francia de cuatro años hasta su muerte en Montpellier el 24 de mayo de 1817.

Poesía de Meléndez Valdés
Meléndez Valdés practicó dos tipos de poesía bien diferenciados. El primero, siguiendo a Cadalso, fue una poesía anacreóntica, pastoril, en la que el amor fue el tema predominante. El segundo tipo fue una poesía filosófica, que acabó orientándose hacia el compromiso político y social.

Meléndez no fue sólo un eminente poeta, también un jurista y un político desgarrado tras optar por la fidelidad al rey francés José I frente a la mayoría de sus compatriotas. Su condición de afrancesado durante la Guerra de la Independencia marcó el resto de su vida y ha condicionado su huella en la cultura española de estos dos siglos. Pero Meléndez fue afrancesado a fuerza de ser liberal, como lo fueron los extremeños Muñoz Torrero, Álvarez Guerra o Calatrava.