Me gusta mucho el Gobierno de Pedro Sánchez. La política no puede ser sólo gestos, pero los gestos son muy importantes en política. Mensajes claros a Europa con los ministros/as de Economía y Exteriores. Mensajes claros a España de que la igualdad, las políticas sociales, el cambio climático, la transición ecológica, la cultura y la recuperación del estado del bienestar son prioridades. Apelaciones al diálogo y a los consensos. Recuperación de los sindicatos y la patronal como compañeros de viaje en la búsqueda de los mismos.

Hoy se ha sabido que el presidente del Gobierno de España me ofreció el pasado sábado formar parte de su Gobierno en un ministerio de los más importantes. No lo puedo desmentir. Gracias de corazón querido presidente, querido Pedro. Desde que hace un año celebramos nuestras primarias en el PSOE en la que unos ganaron y otros perdimos, pero el PSOE ganó, me he esforzado en trabajar para coser y unir. Gracias por darme la oportunidad de hacerlo.

Mi respuesta fue que no podía. Hay razones que no siempre se entienden, pero el presidente las entendió. Cuando el último domingo de mayo de 2015 mucha gente en Extremadura salió de su casa camino del colegio electoral con su DNI y una papeleta blanca con mi nombre, al llegar a la mesa y meterla en la urna se produjo un pacto eterno entre ellos y yo. No puedo olvidarlo ni lo olvidaré jamás. Ese pacto lo veo cada día en las ciudades y pueblos de Extremadura. Por eso le dije que no, pero me gusta mucho su gobierno. Ahora toca ser exigente para que los compromisos con Extremadura se cumplan. Y lo haré. Eso forma parte también del pacto eterno con ellos y con ellas, con los que un domingo de mayo fueron a votar con una papeleta en la que estaba mi nombre…

Guillermo