El éxito de público en la manifestación por un tren digno merece una felicitación al pueblo extremeño y a la organización.

La radio de Extremadura y la televisión han permitido que el pueblo se enterara y acudiera. Los autobuses hicieron también una magnífica labor. Nos felicitamos por ello.

Pero no todo fue positivo. ¿qué falló en la manifestación? Falló, fundamentalmente, la técnica. No vimos ni un megáfono que animara la marcha del pueblo extremeño bajo la lluvia. Los discursos no los oímos los que estábamos al lado mismo del kiosco de la música. Faltó espíritu, faltó alma a la manifestación, que estaba demasiado encorsetada a pesar de la magnífica voluntad de la gente. Se oía esporádica y espontáneamente algunos slogans como tren digno ya!, pero sin acompañamiento de la megafonía. Parecía una manifestación sin espíritu, sin vida. Hay que permitir que el pueblo hable, que el pueblo se exprese sin que haya exclusivismo ni reserva del derecho de admisión. En cualquier caso, consideramos la manifestación como un hecho importante y la unidad como necesaria para conseguir otras cosas.

Ahora falta saber qué va a ocurrir. El Gobierno se da por enterado de la injusticia, pero hace falta que se remedie, no basta el reconocimiento.

Decir que se reconoce la injusticia pero que habrá que esperar… ¿quién tiene que esperar? ¿Extremadura?, ¿por qué no le dicen eso a los separatistas catalanes o a los partidos en el País Vasco?. Los tenemos como referencia porque son los más incómodos, los que nunca están contentos y a los que se les da todo tipo de privilegios olvidándose de regiones que lo necesitan como Extremadura.

El tren que nos separa de Portugal, que nos separa del Norte y del Sur, que no enlaza Madrid con Lisboa, etc. no es el único mal que le ocurre a Extremadura, pero parece que Extremadura siempre puede esperar. Son 40 años de promesas por los mismos partidos que han tenido el poder. No podemos, no queremos esperar más, esto y otros muchos problemas ocultos derivados también de la falta de comunicación esperan una respuesta inmediata del Gobierno.