Al hablar de programas de los partidos políticos, se defienden o atacan a veces, como si todo el programa fuera una sola idea homogénea e indiferenciada. En cada partido, en cada uno de sus programas hay ideas que tienen poco que ver unas con otras, salvo el hecho de que se presenten como parte de un programa unitario.

Normalmente los programas se diferencian por la “ideafuerza” que motiva la distinción entre los diversos partidos; pero estos programas, igual que muchos términos y conceptos, son como contenedores que almacenan contenidos muy diversos. Los mismos conceptos considerados por los intelectuales como uniformes, como unidad de pensamiento, suelen ser causa de equívocos porque no todos sus elementos son homogéneos.

Sería un error considerable juzgar a los partidos o a sus programas por alguno de los puntos que no tienen coherencia con la intuición o el mensaje principal. No es que haya que despreciar los puntos menos significativos, pero lo que diferencia a unos partidos de otros suelen ser sus intuiciones fundamentales, difíciles con frecuencia, de sintetizar en una frase.