La consejera de Economía e Infraestructuras, Olga García, ha visitado este viernes la planta prototipo de micro-trigeneración de energía, diseñada por un equipo de investigación de la Universidad de Extremadura, y desarrollado posteriormente en las instalaciones de Marle, en Gévora, a través de un proyecto europeo que ha subvencionado el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).

El proyecto, denominado Tribar, pretende ir más allá de las últimas tendencias para la innovación en energías renovables que consisten, básicamente, en combinar diferentes fuentes de energía con el propósito de conseguir avances en la generación energética de origen exclusivamente renovable.

En este sentido, la planta de Gévora combina el uso de la biomasa de residuos de podas y residuos agroindustriales como combustible principal, hibridada con tecnología solar de concentración, para la generación conjunta de energía eléctrica, energía térmica de calor y energía térmica de frío.

“El sistema es compacto, modular y escalable, de manera que todos sus componentes puedan ser incluidos en uno o varios contenedores de forma modular y además, fácilmente interconectables”, ha explicado el investigador Antonio Manuel Reyes, durante la visita de la consejera a la planta.

Fundamentalmente se hibridan dos fuentes de energía renovable, biomasa y solar, a través de la tecnología Fresnel. Con dicha energía se obtienen más de 50 kw de electricidad, sobre 35 kw de frío y otros 400 kw de calor.

Una solución que ha destacado la consejera, Olga García, ya que “permitiría a distintas plantas agroindustriales de la región disminuir la potencia eléctrica a contratar, además del ahorro que se produciría en campañas puntuales, del tomate, en bodegas, en almazaras, etc., y todo esto aprovechando sus propios residuos”.

Los desarrollos llevados a cabo en este proyecto, que lidera Cobra, con la participación de otras empresas extremeñas o implantadas en Extremadura, como Gamma Solutions, Gestiona Global, Marle y Auscultia, pueden ser implementados en cualquier lugar del mundo con acceso a residuos agrícolas, siendo especialmente interesantes en situaciones de demanda energética estacional intensiva, como las campañas agrícolas, o en emplazamientos aislados donde las redes de transporte son deficitarias y el transporte de combustibles como el gas o el diésel supone un gran problema logístico, “ya que aquí es donde la generación distribuida alcanza su máxima eficacia”, señala la consejera de Economía e Infraestructuras.

Es una instalación modular, transportable en contenedores de barco de 20 pies y está totalmente automatizada y controlada remotamente desde internet.