“Se suele dar por hecho que la agricultura familiar es pequeña y propia de otras latitudes, pero nada más lejos de la realidad”, han afirmado desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR). Y es que se estima que las explotaciones agrarias familiares ocupan entre un 70 y un 80% de las tierras de cultivo de todo el mundo, y en ellas se producen más del 80% de los alimentos.

Así pues, la agricultura familiar es la que alimenta el mundo y, para impulsarla, la ONU celebra desde hoy el Decenio de la Agricultura Familiar que se lanza con una convención de tres días en la sede de la FAO en Roma.

Dentro de la agricultura familiar mundial, al igual que en otras cuestiones, las mujeres comparten las mismas problemáticas más allá de las fronteras. FADEMUR ha explicado que no hay que irse fuera de Europa para ver que “las legislaciones al respecto no nos toman en cuenta a las mujeres y tenemos problemas de acceso a la tierra y a la toma de decisiones”.

Las mujeres, excluidas e invisibles

FADEMUR ha ejemplificado esto con la ausencia de las mujeres en la PAC, el porcentaje de tierras en la UE que están en manos de mujeres (12%) y la falta de participación de las mujeres en los órganos decisorios de las cooperativas agrícolas (un 3,5% en las cooperativas españolas a pesar de que en su base social las mujeres representan el 25%).

Precisamente, FADEMUR quiere que estos tres temas sean prioritarios durante el Decenio que comienza: “Si no se toman medidas concretas estos diez años corren el riesgo de quedarse en palabras”. Las mujeres rurales tienen clara la receta: “perspectiva de género trasversal a toda la legislación, cuotas de participación obligatorias y apoyo económico que revierta de forma efectiva la tradición patriarcal que arrastramos”.