Hay un espacio común entre la ética, la aritmética, la política y otras disciplinas cuando se trata de conjugar la vida social y sus diversos intereses.

La política exige acuerdos, compromisos para poder vivir en paz y tratando de conseguir el bienestar de la sociedad o el poder. Pero la ética tiene unas exigencias, en tema de valores, que la hacen incompatible, a veces, con valores distintos o contrarios. Por otra parte, la aritmética quiere jugar con términos homogéneos y con la “formalidad” o los aspectos “formales y unívocos” de las cosas, que le permitan sumar y restar.

            ¿Quién se impone, la ética, la aritmética o la política?

ÉTICA: Tú, le dice a la aritmética, lo reduces todo a la cantidad, a la forma. Lo recortas todo hasta hacerlo irreconocible.

ARITMÉTICA: Yo consigo que las cosas se puedan sumar y restar, que las palabras signifiquen siempre lo mismo.

ÉTICA: Pero reducir todo a la cantidad es renunciar a los valores, a lo más humano, para quedarte en lo material.

ARITMÉTICA: Yo doy rigor y claridad a las cosas. Le doy una única forma, un único nombre, para poder entendernos.

ÉTICA: Pero esa forma que le das a las cosas, las mutila para uniformarlas. El formalismo prescinde de los contenidos, de la realidad. Al reducirlo todo a la forma, prescindes de los contenidos y la diversidad.

ARITMÉTICA: Si no hay “univocidad” en la forma, no hay contabilidad posible ni lógica formal, todo será confuso, con demasiadas diferencias.

ÉTICA: Pero si todo lo reducimos a la forma, destruyes la vida y la diversidad de las cosas. La claridad no debe destruir la realidad. La transparencia debe servir para comprender mejor las cosas, pero como como son.

ARITMÉTICA: La aritmética exige rigor y uniformidad, para poder hablar de lo mismo, sin equívocos, sin trampas en las palabras, sin significados distintos para cada interlocutor.

ÉTICA: Reducir todo a la uniformidad para poder sumar y restar, es destruir el mundo real para crear un mundo artificial y falso, solo de la forma y no de los contenidos. La abstracción elimina a los individuos, a las personas.

Interviene la POLÍTICA

POLÍTICA: La política debe llegar a acuerdos entre las diversas posturas e ideologías, porque es necesario el compromiso para poder vivir en sociedad.

ÉTICA: El compromiso, ¿con qué?, ¿con la verdad? ¿o con la forma exclusivamente? Las personas existen antes y por encima de las leyes, de los recortes y de las abstracciones.

POLÍTICA: La verdad no es nuestro objetivo, sino el vivir en paz y mejor. O cedemos todos o no podemos avanzar en la sociedad.

ARITMÉTICA: Para vivir en paz hay que tener las ideas claras y hablar siempre con términos homogéneos. Si no, podemos discutir de cosas distintas y no llegar a nada claro.

ÉTICA: Los términos y los conceptos deben ser claros, pero no recortando el contenido y reduciendo la realidad a fórmulas. Eso no es coherencia formal, porque empieza por destruir la realidad, para reducirla a coherencia. La realidad es como es y no se la puede modificar y sacrificar por hacer un mundo totalmente “lógico” y “coherente”, que funcione a nuestro gusto.

POLÍTICA: La política exige resultados y éstos se obtienen cuando todos tenemos los mismos elementos para sumar y restar. Hay que llegar a acuerdos, homogeneizar los contenidos para poder actuar en la misma dirección y poder avanzar.

ARITMÉTICA: Creo que en esto coincidimos con la política. Para poder sumar fuerzas, los elementos constitutivos, deben ser homogéneos, o reducirlos a la homogeneidad, a la univocidad, si no ocurrirá como con la torre de Babel, que no se pudo terminar porque cada cual entendía las palabras con contenido diferente.

ÉTICA: Creo que recortar las cosas y quitarle lo que tienen de específico, de diferentes, para reducirlas a la homogeneidad, es destruir la diversidad y pluralidad para reducirlo todo al pensamiento único. La realidad es distinta, diferente y todo lo que sea recortarla, para reducirla a la homogeneidad y a lo cuantitativo, es hacer un mundo paralelo, funcional, pero falso. Los valores deben ser primordiales en la vida social y la diversidad no debe ser suprimida para manejar más cómodamente las cosas y al mundo.

POLÍTICA: El mundo real, lo incluye todo, pero para funcionar, hay que llegar a normas y recortes. La diversidad debe someterse a las reglas y leyes de la mayoría.

ÉTICA: ¿Aunque sea una realidad falsificada? ¿Qué haremos con los contenidos distintos, con los individuos y seres diferentes? ¿Tiene que reducirse el mundo a la facilidad para su manejo, o hay que respetarlo como diferente? ¿Todas las especies, todo lo específico lo eliminamos y lo reducimos a una sola forma?. Puestos a recortar todo lo diferente, ¿con qué nos quedamos?

POLÍTICA: Para convivir hay que tolerar ciertas dosis de mentira y engaño. Aunque no lo parezca, algunas mentiras han arreglado muchas cosas en el mundo.

ARITMÉTICA: Estáis hablando de valores. Con valores no se puede llegar a la homogeneidad de la suma y la resta. Y si no se puede sumar y restar, no hay política posible. No hay que hablar de las verdades o mentiras, sino de homogeneidad que suma o no suma. Si hablamos de cosas que no son homogéneas, no hablamos de lo mismo y la mentira va en el propio contenido diverso, con el mismo nombre. Esto lleva a la confusión y al engaño.

ÉTICA: Quizás lo que nos ocurre es que no estamos hablando de la verdad auténtica, sino de la Dialéctica. Estamos utilizando cualquier tipo de argumentación y no todo vale como argumento serio. Si nos quedamos en la dialéctica, usaremos argumentos legítimos e ilegítimos. Así no llegaremos a ponernos de acuerdo.

Dejemos esta discusión “Dialéctica”, para otro discurso, en que prevalezca la auténtica verdad. La lógica seria por encima de la Dialéctica. Dejemos que piensen otros y den sus opiniones.