El Hospital Universitario de Badajoz (HUB) ha puesto en marcha la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardíaca. La unidad, que lleva funcionando desde la semana pasada, está integrada por un cardiólogo, que la coordina, un médico rehabilitador, una enfermera y un fisioterapeuta. Paulatinamente, se irán sumando profesionales de otras áreas como psicólogo, urólogo, trabajador social o endocrino, que colaborarán en su funcionamiento.

Este equipo multidisciplinar lleva a cabo una serie de programas, originalmente destinados a pacientes que han sufrido un infarto, con el propósito de reintegrarlos de la forma más completa posible a una vida normalizada. En la actualidad, con el avance en el conocimiento de las enfermedades, tanto sus indicaciones como sus objetivos se han visto ampliados.

Los programas tienen una duración de entre 6 y 8 semanas y se sustentan en una valoración inicial completa por Cardiología (ergometría/ergoespirometría pronóstica y posibilidad de ecocardiografía), charlas educativas orientadas al control de los factores de riesgo cardiovascular y un programa de ejercicio físico individualizado.

Las instalaciones están situadas en las proximidades de la planta de hospitalización del Servicio de Cardiología del HUB. Tienen cinco puestos monitorizados, cuatro de ellos ergómetros de bicicleta y uno de tapiz rodante. En principio está dirigido sobre todo a pacientes que han sufrido un infarto. La previsión es que anualmente puedan ser atendidos entre 150 y 180 pacientes de diversas patologías cardíacas o de cualquier grupo de riesgo.

La actividad física se considera un pilar muy importante de la rehabilitación cardiaca. Sin embargo, la principal finalidad de estas unidades es el control de los factores de riesgo cardiovascular y, sobre todo, lograr un cambio en los hábitos de vida de los pacientes.

Los beneficios de estas intervenciones multifactoriales están avalados por la mejor evidencia científica, siendo numerosos los estudios que han constatado su contribución al descenso de la morbilidad y mortalidad en la cardiopatía isquémica, pero también en otros procesos.

De tal manera que, hoy en día, se incluyen, además de pacientes coronarios que han sufrido un evento, pacientes con insuficiencia cardiaca, hipertensión pulmonar, pacientes sometidos a una cirugía cardíaca o a una angioplastia coronaria, con el objetivo de mejorar su calidad de vida, pero también en muchos casos de enlentecer e incluso revertir la progresión de la enfermedad.