En la sociedad actual se utiliza excesiva energía y además se desaprovecha la mayor parte de la que se toma de los suministros principales. Sin embargo, ahorrar energía con las medidas adecuadas solo representa una décima parte de lo que cuesta producirla.

Dos factores que a menudo se oponen al esfuerzo por ahorrar más energía son la situación y la orientación de las casas. En los climas fríos se pierden los beneficios del calor natural del Sol si no se abriga el edificio de los vientos dominantes; en los climas calurosos, si no se sombrea la casa del sol o no se emplean los efectos refrescantes de los vientos dominantes. Se deben añadir a estos problemas fundamentales el aislamiento escaso, puertas y ventanas que no se ajustan, hogares abiertos y calentadores viejos o ineficaces. Todo lo anterior hace de la casa una devoradora de energía.

La vivienda moderna está siendo inundada con infinidad de aparatos eléctricos que consumen energía. No solo se debería procurar utilizarlos de la manera más económica posible, sino que también se habría de empezar a cuestionar la utilidad real de estos aparatos.

Además de todo esto, las necesidades de energías son crecientes en función del aumento de población y el crecimiento económico. El dilema de la energía pasa por la forma de reconciliar la demanda de recursos energéticos con un ecosistema global viable. No existen soluciones consensuadas y las incertidumbres respecto a un cambio climático generalizado todavía no están resueltas.

La preocupación por la contaminación atmosférica lleva a reconsiderar las opciones energéticas alternativas al petróleo, aunque se debe reconocer que las fuentes alternativas de energía no se hallan libres de toda contaminación. Las técnicas más viables desde un punto de vista de vista ambiental pasan por el dominio de la energía solar. Las técnicas de utilización de la energía solar avanzan con paso firme, y así la energía eólica, la solar térmica y las técnicas de biomasa se muestran competitivas. La electricidad fotovoltaica y los combustibles líquidos obtenidos a partir de la biomasa pueden ver dilatada en el tiempo su rentabilidad.