El Estadio Santiago Bernabéu a rebosar                               Fotografía: Celia Picón Martínez

 

Gripe A, Ébola, Coronavirus, gérmenes peligrosos que alarman a la sociedad. El primer caso se produce en Wuhan (China) a finales de 2019. Actualmente, se han confirmado más de 3000 fallecidos en el lugar de origen, ocasionados por esta epidemia. En Europa ha llegado para quedarse, en países como en Italia han cerrado las fronteras, en el norte del país. En España, existe una inquietud ante este virus, personas con mascarillas nada más salir a la calle, ingresos instantáneos al presentar cualquier tipo de síntoma, bajas momentáneas en el mundo laboral, vuelos cancelados y un largo etcétera. Pero, este hecho, no frena a la sociedad en el mundo deportivo. El pasado domingo se jugaba el Clásico, en la capital de España, y había que asistir.

La transmisión del Coronavirus es aérea, aunque también puede contagiarse por objetos o contacto humano. Agarrar las barandas del metro, saludar a una persona o estrechar la mano podrían ser las causas responsables del contagio. La Organización Mundial de la Salud ha informado que probablemente la causa se halla en el origen animal. Aún existen muchas incógnitas sin resolver ¿Es tan grave como informan los medios de comunicación? ¿Conviene dar protagonismo a este virus? ¿Debemos hacer vida normal? ¿Se está ocultando algo? Por el momento, son cuestiones que no están solventadas, pero los ciudadanos han agotado las mascarillas fabricadas por los laboratorios y los jabones de manos sin aclarado.

Afición de ambos equipos antes del partido                            Fotografía: Celia Picón Martínez

 

El ser humano tiende a ser “novelero”, suena triste, pero es totalmente cierto, se mueve en masas, es decir, sus actos tienden a imitar al resto de la sociedad. Hoy en día, con el avance de las tecnologías estamos conectados a una red donde podemos informar segundo a segundo de lo que sucede, cuál es la polémica del momento e incluso transmitir en directo cualquier tipo de novedad. Pero, también debido a esta inmediatez informativa, en ocasiones se peca de transmitir una información y datos que son totalmente falsos. Esta pequeña reflexión que muchos expertos tienen sobre el mundo de la comunicación es meditada por gran parte de la humanidad. Aunque en ciertas ocasiones, estas opiniones las dejamos a un lado cuando nos interesa, como es ir a ver un partido, pero a la hora de ir a trabajar depositamos mayor atención a cualquier tipo de acto que realizamos “no vaya a ser que nos peguen el Coronavirus”.

Desde que esta “epidemia” entrara en la Unión Europea han sucedido asuntos importantes. En el ámbito europeo, se ha producido una modificación de la Constitución de Rusia con tendencia a un movimiento conservador. También, un aspecto relevante, es la decisión tomada por el Tribunal de Justicia Europeo que ha dictaminado que los jueces españoles deberán decidir sobre el abuso o no de los impuestos (IRPF), en cuanto a las hipotecas se refiere. Además de la negociación Post-Brexit que afecta a un grupo numeroso de jóvenes españoles que abandonaron el país hace un par de años. Estas informaciones que afectan a la sociedad han pasado a un segundo plano en los últimos informativos y medios de comunicación, el Coronavirus acapara las noticias de última hora y es protagonista en gran parte de las noticias, por lo tanto, este asunto ayuda a desviar la atención en cuanto al ámbito internacional y nacional de nuestro país, cabría preguntarnos si realmente es un hecho que beneficia a los gobiernos y perjudica a los ciudadanos.

Volviendo a la temática del movimiento en masa de la sociedad, todos estamos alarmados ante este caos que no sabemos realmente como erradicar, pero simultáneamente no dejamos de asistir a eventos de tal calibre como es la concentración de miles de personas. El ser humano es hipócrita con la mayoría de sus actos, “hablamos mucho, pero hacemos poco” ¡Y sí, estamos alarmados! Compramos productos para prevenir el virus, pero ¿de qué vale si luego asistimos a concentraciones multitudinarias? Quizás, en ciertas ocasiones y tesituras estamos obligados a ser falsos con nuestras propias acciones.

Para terminar con este debate que cuestiona sí somos seres hipócritas voluntaria e involuntariamente, es necesario reflexionar individualmente qué hacemos, por qué lo hacemos, si nos conviene hacerlo y tener autocrítica. Como diría Giovanni Papini: “Vivimos en un medio de humanidad que habla del bien mientras hace el mal, y se llama honrada, pura y piadosa mientras estafa, roba, oprime y asesina”.