En estos momentos hablar de otra temática ajena al Coronavirus resulta prácticamente imposible. Resaltemos las actividades que teníamos olvidadas y ahora estamos desarrollando. Casi dos semanas del estado de alarma, intentado sacar el lado positivo a este momento negativo. Niños y mayores dibujando, haciendo deporte, practicando con instrumentos musicales que teníamos como decoración. Hemos recurrido a practicar asignaturas de la docencia que a veces nos hemos preguntado qué utilidad tenían y ahora nos están entreteniendo.

Estamos sorprendidos con nosotros mismos, pensábamos que sería imposible aguantar tan solo una semana en casa. Pero, aquí estamos con una rutina dentro del hogar, que nos permite simular la vida tan ajetreada que llevábamos antes. Se ha paralizado el mundo, hecho que parecía imposible meses atrás.

Estar confinados en casa se está haciendo más llevadero gracias a la evolución de la tecnología, ya que tenemos gran variedad dónde elegir. Pero a pesar de ello, empleamos gran parte del día en otras actividades que conllevan esfuerzo físico.

Resulta curioso y cuestionable las consecuencias que este suceso dejará cuando todo termine ¿Cambiará nuestra forma de ser? ¿Nuestros saludos? Aunque actualmente no seamos conscientes, se producirán ciertas modificaciones como descubrir que el tiempo en casa es necesario. Ahora mismo, creemos que saldremos a celebrar el fin del confinamiento, pero también puede ser posible que una vez esté permitido, residan en nosotros ciertos miedos. Aunque, será cuestión de tiempo.

El ser humano está acostumbrado a vivir como si no hubiera mañana, con más tareas que horas tiene el día, posponiendo las horas de sueño por cumplir deseos. Viajes programados, aventuras y retos diferentes. Pero llega un día y todo se detiene, una crisis de salud mundial llega a nuestras vidas, quizás sea el momento de parar a pensar en el estrés que se apoderaba de nosotros, sin disfrutar cada minuto que vivíamos. Esta situación nos está ayudando a descubrir la vida y de qué trata. Pero no debemos dejar de disfrutar cada minuto, como dice el escritor Jordi Sierra “venimos al mundo con un cheque en blanco que es el tiempo que viviremos, si lo malgastamos no vuelve”.

Celia Picón