Confinamiento, tareas en el interior de los hogares, consumo de cine y periodismo, son algunas de las actividades que complementan nuestro día a día. El arte de comunicar se ha ido modificando estos años atrás y gracias a ello, en esta situación podemos hablar con nuestros familiares, amigos e, incluso, proporcionar información sin movernos desde casa.

La audiencia reclama información veraz y exacta pero el periodismo se ve envuelto por bulos que recorren las redes sociales. Los comentarios sobre noticias falsas inundan nuestras conversaciones de WhatsApp. Quizás este hecho se deba en gran parte al periodismo ciudadano que consumimos hoy en día y que todos alimentamos.

“Nunca fui consciente de cualquier otra opción que no fuera la de cuestionar todo” palabras célebres del politólogo Noam Chomsky que podrían definir el hecho de ser periodista. Esta profesión requiere inmediatez, a la vez que una información verídica; sobre todo, teniendo en cuenta la escasez de tiempo para elaborar una pieza informativa que en ocasiones provocan en los periodistas falta de conocimiento en un tema a tratar.

Ahora más que nunca, vivimos pegados a la actualidad de lo hechos, exigimos información de calidad y totalmente gratis. Pero para mantener estas exigencias deberíamos incentivar el pago mensual de los medios por parte de los lectores, al igual que hacemos con el cine. El periodismo de suscripción llegará a todos los medios más temprano que tarde ya que será necesario para su supervivencia.

Todos tenemos una profesión y exigimos un salario cualificado que se corresponda con el trabajo realizado y este ámbito, el de comunicar, no lo es menos. En medio de esta pandemia, las redacciones trabajan sin descanso para mantener informada a la ciudadanía al igual que en otros ámbitos están desbordados. El mundo laboral está experimentando un cambio tecnológico como sucede con el teletrabajo.  Estas innovaciones permitirán mayor experiencia que pondremos en práctica en nuestros oficios y facilitarán la disminución de estrés ya que en ocasiones dejarán trabajar desde casa. En estos momentos desesperanzadores, recordemos que después de la tormenta llega la calma y que de esta enorme catástrofe obtendremos aspectos positivos que nacerán para quedarse tras esta crisis epidemiológica.

Celia Picón