Un día más es un día menos, seguramente pensamos estas palabras cada noche y cada mañana al iniciar un nuevo día. La ciudadanía está cumpliendo con las normas del estado de alarma, a pesar del agobio que supone estar en casa continuamente sin poder pasear libremente. Pero, a toda esta situación, se le añade un problema, la crisis económica que está generando el coronavirus.

Según la encuesta de Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el 46% de los autónomos tienen a su cargo trabajadores a los que le han tenido que reducir las jornadas laborales o implantar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). También, muchas empresas han encontrado la solución para solventar esta repentina crisis a través del teletrabajo.

Hace tres semanas se establecía un confinamiento más duro para poder combatir esta lucha contra el COVID-19. Se cerraban las empresas que no se consideraban esenciales y además algunas que no habían aplicado ERTE, lo hacían. Este conductor de línea de la fábrica Renault en Valladolid nos informa de la aplicación de estos expedientes en su área:

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Hogares convertidos en oficinas que permiten a las empresas la continuidad de un día a día laboral son el escenario más habitual en este último mes. Pero, “no es oro todo lo que reluce”, el confinamiento provoca desconcentración en la mayoría de nosotros, ya que el simple hecho de poder salir a la calle y pasear funciona como terapia para la ciudadanía. La siguiente administrativa del Grupo EULEN explica cómo está viviendo trabajar desde casa durante el estado de alarma:

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Esta pandemia ha llegado y ha modificado nuestra vida social y laboral de un plumazo. Pero estos cambios no se han producido solo en el ocio, sino en aspectos cotidianos como es el curso escolar, rutinas de ejercicios al aire libre y la forma de trabajar en cualquier área, incluso en las esenciales. Gran parte de estas alteraciones que estamos viviendo se deben al protocolo que hay que seguir para evitar posibles contagios. Esta semana en la central nuclear de Almaraz tocaba realizar un cambio de combustible y se ha realizado con 250 trabajadores más. Escuchamos a un técnico en protección radiológica de la central que explica los cambios que se están produciendo durante sus jornadas laborales:

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Durante todo el estado de alarma, estamos viendo una ciudadanía volcada en ayudar a los suyos, en todos los ámbitos que nos podamos imaginar. Contribuyendo a cualquier tipo de solución, tanto económica como social. Aunque existan excepciones como es la discriminación en las comunidades de vecinos a los trabajadores esenciales. Pero no podemos dejar que este aspecto negativo que ha nacido en algunos lugares se apodere de nosotros. La sociedad española tiene que erradicar este error y agradecer a las personas que están haciendo posible que tengamos a nuestro alcance las necesidades básicas de nuestro día a día. Este agradecimiento no solo lo tenemos que hacer ahora, sino una vez acabe esta pandemia que tanto nos horroriza.

Celia Picón