Asaja Extremadura ha suspendido su participación en la negociación del convenio del campo extremeño pendiente de su aprobación este año y no se volverá a sentar con los sindicatos UGT y CCOO “mientras el Gobierno de Pedro Sánchez se empeñe en romper el consenso y el diálogo social tras el anuncio de su acuerdo con la formación ‘abertzale’ Bildu de derogación de la reforma laboral”.

Así lo ha acordado la junta directiva de esta organización agraria reunida de urgencia en la tarde de ayer por vía telemática, en la que por unanimidad aprobó dejar en suspenso los contactos que se venían estableciendo en las últimas fechas con los sindicatos extremeños, en especial con Miguel Talavera, secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agroalimentaria de UGT, para culminar un acuerdo y dar así seguridad jurídica a la situación del campo extremeño en unos momentos de incertidumbre por la crisis sanitaria y económica producida por el COVID-19.

Sin embargo, después de conocerse la firma del Gobierno, Podemos y Bildu para romper la reforma laboral de forma unilateral y dinamitar así, en pleno Estado de Alarma, todos los puentes de diálogo social, Asaja Extremadura toma esta decisión y suspende su participación en la negociación del convenio del campo pendiente en Extremadura para este año que afecta a 65.000 trabajadores.

En estas circunstancias, el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, insta a Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta, a mediar con el presidente del Gobierno para que la reforma laboral no salte por los aires en unos momentos de gran inestabilidad económica y social, donde se necesita seguridad y certidumbre para empresarios y trabajadores con el objetivo de intentar levantar el país entre todos.

Por lo tanto, mientras que eso no ocurra, Asaja Extremadura suspende su participación en la mesa del convenio del campo en Extremadura, a pesar de que su intención sigue siendo llegar a un acuerdo en unos momentos de grave crisis en el sector, en plenas negociaciones de la PAC, y arrastrando el grave problema de los bajos precios, los excesivos impuestos (que encima se quieren volver a subir), el elevado coste de las tarifas eléctricas, etc. “Todos tenemos que ir de la mano para sacar a España adelante”, ha señalado García Blanco, que subraya su intención de firmar “un convenio digno, serio y responsable que beneficie a todas las partes”, pero siempre y cuando Pedro Sánchez no culmine su “grave irresponsabilidad”.

Hay que recordar que las negociaciones entre patronal y sindicatos se habían retomado de una manera favorable tras los desencuentros producidos a finales del año pasado tras la doble subida del Salario Mínimo Interprofesional “impuesta sin consenso y por decreto por el Gobierno”.

Después, con las posturas ya muy cercanas, estaba prevista una reunión el 23 de marzo para consolidar dicho acuerdo y dar luz verde un convenio del que dependen unos 65.000 trabajadores y producciones agrarias en la región, aunque la irrupción del coronavirus suspendió dicho encuentro, a pesar de que las conversaciones telefónicas reiniciadas en las ultimas semanas apuntaban a un cercano acuerdo.