Natalia Herrera Pombero es una joven artista , de ascendencia fontanesa, muy polifacética. Es arquitecta y se encuentra además terminando sus estudios en Bellas Artes.  Durante la cuarentena, nos ha dejado en sus redes reflexiones sobre el poder del arte y la belleza en nuestras vidas, trabajos para exposiciones virtuales y un puñado de magníficos retratos realizados a bolígrafo sobre madera.

Por si fuera poco, confiesa que le encanta retratar “emociones”,  que un escenario es como su segunda casa y que, por encima de todo, se siente orgullosa de ser clarinetista en la Banda de Música de Oliva de la Frontera, la localidad pacense donde reside.

El pasado mes de Febrero, dentro del Curso “Cultura para Todos” coordinado por Joaquín Pascual, ofreció una ponencia magistral sobre el Arte Gótico y sus huellas en el patrimonio fontanés. Una experiencia que le dejó muy buen sabor de boca, y que no le importaría repetir.

C: La verdad es que nos has parado durante la cuarentena: escritos, trabajos, reflexiones, y esos brillantes retratos a bolígrafo sobre madera que, según he leído, tiene su origen en una iniciativa solidaria, ¿no?

N: Al principio, como a todos, el estado de alarma me creó cierto shock. Pero conforme fueron pasando los días, había que reinventarse, sacar el genio creativo, seguir trabajando… Y sí, eso surgió de una iniciativa preciosa de un artista de Gran Bretaña, a través de Instagram. Dijo que retrataría al primer sanitario que se pusiera con contacto con él, como un homenaje a este gremio,  y cuando lo hizo tuvo mucha repercusión a nivel global. Asique pensé que por qué yo no podía hacerlo… Y así surgió el primer retrato ( el de Manu Santiago , enfermero en Madrid) , y el segundo. Luego no he parado porque los propios vecinos del pueblo me han ido pidiendo retratos de amigos y familiares que son sanitarios, para hacerles su particular homenaje.

C: Dibujar a bolígrafo sobre madera me resulta harto difícil, y encima conseguir , como tú consigues, retratar la expresividad y el interior de las personas…

N: Siempre he trabajado con boli , pero sobre papel, como ilustradora, a veces con fines benéfico. Pero como soy inquieta, empecé a probar con tramas de bolígrafo sobre madera, ¿por qué no?.  Hace poco más de un año participé en una exposición colectiva en Úbeda (Jaén), y ahí fue donde expuse mi primer retrato de estas características. Y desde entonces, no he parado de recibir encargos.

C: Hablando de exposiciones, tampoco has parado de trabajar para otras durante todo este tiempo…

N: Así es, aunque todavía no han podido hacerse de forma presencial por los motivos que sabemos.  Pero, por ejemplo, la facultada de Bellas Artes nos ha animado a publicar en las redes sociales los trabajos que estábamos desarrollando en el confinamiento, a fin de que, cuando se pueda, se monte una exposición.  También hay otras pendientes, todas se han aplazado, lógicamente.

C: La fotografía es, indudablemente, otra de forma de expresión para ti muy potente …

N: La fotografía me ha gustado siempre. Más aún desde que hice arquitectura y empecé a captar paisajes de naturaleza, fotos de construcciones. En Bellas Artes es una asignatura que me encanta.  Vivo en Oliva de la Frontera, y vivo de primera mano su Pasión Viviente: Me encanta meterme entre los actores, en el interior de la trama. Sobre todo, me apasionan los primeros planos y captar las emociones de un retrato, las expresiones, todo lo que reflejan los rostros. La verdad es que últimamente, voy del dibujo a la fotografía casi todo el tiempo.

C: Hay Muchas Natalia dentro de Natalia.  Porque comentas en una red pública que, por encima de todas tus aficiones, la más importante es la de tocar el clarinete.

N: Claro, empecé desde muy chiquetita, en la banda de música de Oliva. Es algo que me viene de familia, casi todos han pasado por la banda. Yo empecé a los 6 años, recuerdo que el director le preguntó a mi tío que si yo sabía leer. Y lo consideró suficiente, ja, ja, ja.  En el 2001 fue mi primera procesión, forma parte de mi vida.

C: ¿ Y el teatro?, ¿ qué relación tienes con el teatro?, un teatro a veces aparejado a causas benéficas.

Desde pequeña, el escenario en general ha sido como mi segunda casa. Comencé, como todo el mundo, en las actividades extraescolares. Y en el instituto, me dió mucha vida.  Participar en el Programa CaixaEscena en el Teatro López de Ayala de Badajoz fue increíble. Pero participar en un Festival de Teatro Grecolatino para jóvenes en el teatro romano de Mérida fue como un sueño, cumplir con una alta meta. También actué en el de Regina, en el que me impactó sobre todo lo sobrecogedor que fue participar en una representación nocturna. También he hecho teatro cómico con una asociación, Nueva Comedia PV, que se creó para ayudar a engrandecer la Pasión Viviente.

C: El pasado mes de febrero, dentro del Curso “Cultura para Todos” coordinado por Joaquín Pascual, ofreciste en Fuente del Maestre una ponencia magistral sobre el Arte Gótico y sus huellas en el patrimonio fontanés. ¿ Fue tu primera vez como ponente?

N: De ese porte, de esa categoría, sí.  Fue una gran experiencia porque siempre me ha atraído el mundo de la docencia , de hecho me estoy enfocando en ello. Por eso, cuando Joaquín Pascual me dió la oportunidad , no lo dudé. Me encontré con un público muy preparado, me sentí muy acogida. No me importaría repetir, para nada.

C: La pregunta inevitable: ¿ Ha tenido que venir una pandemia para que nos demos cuenta de la importancia que tiene la música, la pintura, el arte y la belleza en nuestras vidas?

N: Desde luego. Nos hemos refugiado muchísimo en el arte. Yo no he parado, lo necesitaba. Pintar, escribir para poner orden todos esos pensamientos caóticas que hemos tenido todos, desahogarme. Ha tenido que venir una pandemia para que nos demos cuenta de ello, y también para algo más importante. En la cuarentena hemos tomado importancia de los vecinos que tenemos a nuestro lado. En Sevilla, en ese momento de los aplausos a las 8 de la tarde, tomé conciencia de esas otras personas que, teniendo cerca, hemos tenido tan lejos a la vez por esta vida frenética que llevamos. Es un tiempo en el que se han reforzado esos vínculos humanos, hemos sido más solidarios. Ojalá que este aprendizaje continué ahora …

C: Como arquitecta, ¿crees que habrá un antes y después del Covid – 19?, ¿que la arquitectura tendrá en cuenta, por ejemplo, el valor de tener una terraza en casa?

N: Ojalá que la pandemia sirva para replantear un arquitectura más humana, que tenga en cuenta la importancia de tener un balcón, o espacios flexibles dentro de nuestras viviendas, espacios que pueden ser modificados fácilmente, y que podamos habitarlos de una u otra forma. La propia sociedad debe tomar conciencia de la necesidad de una buena arquitectura que mejore la calidad de vida: Que se creen espacios exteriores más abiertos, más verdes, en los que respirar a gusto y convivir sin problemas si tenemos que guardar una distancia social.

Concha Llamazares