Nao d’amores se zambulle de nuevo en el teatro prebarroco, uno de sus territorios teatrales favoritos, para uno de sus montajes más aplaudidos, Nise, la tragedia de Inés de Castro. La función será mañana viernes en la plaza de las Veletas a las 22.30, el tercer gran espectáculo que presenta el 31º Festival de Teatro Clásico de Cáceres.

Ana Zamora, al frente de la compañía, adapta una de las leyendas más fructíferas para la cultura hispanolusa, la de la amante de Pedro de Portugal asesinada y coronada después de muerta, a mediados del siglo XIV, como reina portuguesa.

Tras la Comedia Aquilana, exhibida en el festival cacereño en 2018, Nao d’amores ha elegido dos obras del gallego Jerónimo Bermúdez, del siglo XVI, Nise lastimosa y Nise laureada, que la directora funde en una dramaturgia sobre la leyenda de Inés de Castro. Ana Zamora resalta la importancia de este autor y su teatro por el uso de nuevas fórmulas métricas (el endecasílabo) y la adopción del modelo de gobernante que dibujó Maquiavelo en El Príncipe para censurar el ejercicio del poder.

En este espectáculo, el padre de Pedro, el rey Alonso de Portugal, manda ejecutar a la gallega Inés de Castro, amante de Pedro. Al subir al poder el hijo, desentierra el cadáver de Inés y pide la extradición de los ejecutores, que habían huido a España.

El montaje, según la idea de Zamora, incide en la crítica al comportamiento injusto del poder frente a la imagen del gobernante sabio proyectada en la cultura prebarroca.

Que la obra está arraigada en la conciencia cultural europea lo subrayan las innumerables adaptaciones de esta leyenda desde 1516 hasta la serie de televisión portuguesa de 2018 Pedro e Inés. Entre medias, Camoes, Vélez de Guevara o Alejando Casona abordaron, entre otros, versiones del mismo relato. Además se han compuesto veintinueve óperas basadas en 27 libretos diferentes.

Para dar envoltura sonora a su espectáculo, la directora de Nao d’amores ha buceado en el repertorio musical del siglo XVI, a partir de las sugerencias entresacadas de los propios textos que sirven de base al espectáculo. El repertorio incluye, entre otras, piezas de Diego Ortiz, Alonso Mudarra, Cristóbal de Morales o Diego Pisador y procedentes de cancioneros portugueses y franceses.

De Beethoven a Bizet

La isla de los sonidos es el título de uno de los dos conciertos que ha programado el festival cacereño en su vigésimo primera edición. La relación entre la música y el teatro es el eje conductor del programa que dirige Antonio Luis Suárez Moreno al frente de la Banda Sinfónica de la Diputación de Cáceres mañana viernes en la concatedral de Santa María, a las 20.30. La entrada es libre y el aforo está limitado.

Con una trayectoria de más de treinta años, la formación cacereña interpretará piezas de Beethoven, Wagner, Mozart y Bizet. De Beethoven ha escogido la obertura Egmont, que da nombre a un grupo de diez piezas de música incidental compuestas por el músico alemán para la representación de la tragedia del mismo nombre escrita por Johann Wolfgang von Goethe en 1788.

De Mozart, el conjunto cacereño ha seleccionado dos movimientos del Concierto para trompa número 1, que interpretará acompañado del solista Jorge Lorenzo Suárez, y de Wagner la obertura de Tannhäuser. Esta obra plasma la leyenda de un caballero que lucha entre el amor sagrado y profano, y la redención a través del amor, tema dominante en gran parte de la creación de Wagner.

El concierto lo cierran composiciones de L’Arlesienne, de Bizet. El autor francés compuso esta música incidental de la obra de Alphonse Daudet que se estrenó el 1 de octubre de 1872 en el Teatro Vodevil.