El Departamento de Publicaciones de la Diputación de Badajoz ha dado a conocer esta mañana en la Feria del Libro de Badajoz dos novedades editoriales que ha introducido el vicepresidente primero de la institución provincial, Ricardo Cabezas, junto con los autores y presentadores de los títulos, en este caso pertenecientes a las colecciones de Historia y Narrativa.

Tras estos meses “inciertos, de zozobra, tan extraños, que  han alterado la rutina de nuestras vidas,  contaremos siempre con el alivio y el  refugio de los libros y su lectura”, ha manifestado el vicepresidente, añadiendo que para la Diputación de Badajoz, como Institución, “nuestro interés, esfuerzo y objetivo es canalizado en una doble vertiente en  la cadena del libro, por un lado impulsar y fomentar la lectura y, por otro, como editores,   publicando y difundiendo trabajos de investigación y también de creación”.

Además de las publicaciones presentadas, Ricardo Cabezas se ha referido a la caseta que la Diputación tiene instalada en la Plaza de San Francisco, donde se exponen y pueden adquirirse los libros de la editorial provincial y también del Museo de Bellas Artes (MUBA).

La Diputación Provincial de Badajoz, a través de su Departamento de Publicaciones, ha preparado las siguientes novedades disponibles en su caseta: “El  mundo rural extremeño (SS XIII-XVI): Paisaje, sociedad y poderes en el Maestrazgo de Alcántara”, de Luis Vicente Clemente Quijada, publicada en la Colección Historia; la segunda edición de “Clío en las aulas. Ensayo sobre Educación e Historia”, de Enrique Moradiellos, Premio Arturo Barea; y “Zafra en tiempos de la guerra de la Independencia”, de José María González colección que, dentro de la de Historia, es denominada como  “Badajoz y su alfoz”.

Junto a estos títulos destacan los presentados en la carpa central de la Feria, en este caso, “La Junta Suprema en Extremadura en su Comisión de Subsistencia (1808-1812)”, de José Sarmiento Pérez, Colección Historia; y “Fronteras”, de Simón Viola, Colección Narrativa.

Cabezas se ha referido a  José Sarmiento como  una persona con una dedicación notable a su labor de investigación. Doctor en Historia y profesor de Enseñanza Media, ha dirigido su vocación como investigador en Extremadura a finales del Antiguo Régimen y la primera mitad del S. XIX. Las instituciones y las biografías sus sus temas preferidos, estudiando y publicando sobre el obispo Mateo Delgado o el militar José Galluzo Páez, entre otros. .

La Junta Suprema de Extremadura, creada para dirigir la lucha contra el invasor es su tema de preferencia, cuenta con el estudio de diferentes Comisiones, siendo la primera la Comisión de Gracia y Justicia, y la de hoy, la de Subsistencias. Una investigación centrada en el avituallamiento de la población y ejército. Siguiendo esta línea de las diferentes Comisiones, está punto de concluir la próxima, la relativa a la Comisión Militar.

Para hablar del fruto de este trabajo, resultado y conclusiones, se ha contado con un historiador de altura, Miguel Ángel Naranjo Sanguino, catedrático de Instituto y profesor universitario, a día de hoy jubilado, situación que no le impide seguir siendo especialista en temas del S. XIX en Extremadura: Desamortización, Diputación Provincial o la Milicia Nacional, sus temas más trabajados. Algunos han sido publicados por la Diputación, como “La Desamortización de Mendizábal” o “Don Benito en el reinado de Isabel II (1833-1868)”.

Por lo general, los historiadores se han alejado de la verdadera dimensión humana de los protagonistas de la guerra de Independencia española para reducirlos a una cifra o convertirlos en personajes heroicos. Pero no podemos olvidar que esos soldados necesitaban comer, calzarse,vestirse, protegerse del frio o el calor, organizarse, curarse…. De estos aspectos dependía su capacidad para luchar. El abastecimiento de los ejércitos, así como de la población, resultaba de un esfuerzo que  supuso una enorme presión sobre la población.

La obra está divida en dos partes, la primera de ámbito institucional, centrada en la constitución de las distintas juntas de partidos judiciales y de la Diputación de Extremadura; y la segunda aborda los aspectos encuadrados en la denominada Comisión de Subsistencias, creada dentro de la Junta Suprema de Extremadura con el fin de organizar   el abastecimiento de los ejércitos aliados que aquí combatían.

Es un trabajo original y atractivo, tanto para historiadores como para lectores apasionados por estos temas. Otras publicaciones del autor, por citar algunas, son “Represión eclesiástica en Badajoz (1824-1825)”, “Reforma beneficial en la Diócesis de Badajoz durante la crisis del Antiguo Régimen (1769_1841)”, o “José Galluzo Páez, capitán general y  primer presidente de la Junta Suprema de Extremadura, 1746-1817”.

Naranjo Sanguino ha explicado que el libro se centra en aspectos económicos y sociales, desmenuzándolos en la guerra de la Independencia en nuestra región, analizando también los repartimientos vecinales de tierras.

Sarmiento inició el estudio de estas comisiones hace 16 años, publicando su primer trabajo sobre las mismas en 2008.

Frontera

A continuación le tocó el título de “Frontera”, de Simón Viola, que aunque en principio pudiera parecer, por el término, que se trata de un episodio de antiguas disputas territoriales teniendo en cuenta nuestra situación en el mapa. No es el caso, pues se trata de narrativa con un contenido más relajado y entretenido.

Simón Viola es Doctor en Filología Hispánica, ha ejercido como profesor de Lengua y Literatura. Autor de trabajos de investigación sobre la literatura en Extremadura, serio y riguroso en sus estudios, cuenta con numerosas publicaciones, que por citar algunas destacan “Medio siglo de literatura en Extremadura” (con dos ediciones); “La narración corta en Extremadura, Siglos XIX y X”; y Periferias: letras del oeste. Ensayos sobre literatura extremña del S. XX”.

En “Fronteras” se escribe sobre una boda en un día de lluvia torrencial, un matrimonio judío que huye de la Inquisición hacia Portugal, cuadrillas de contrabandistas de café, el padre que paga un favor cediendo a su hijo unos meses como pastor de cabras, mujeres con poderes especiales, narraciones orales en dos lenguas sin precisar traducción al calor de la chimenea, juegos en las huertas  y escopetas de balines al hombro… Son parte de los relatos que aparecen en esta gavilla, desarrollados en un lugar excéntrico de una provincia periférica, en la frontera más antigua de Europa y más pequeña, la zona hispanoportuguesa denominada La Raya, un pequeño universo en el que tiene lugar una vida y un mundo atractivos por su caducidad.

Su presentadora, la jefa de Sección del Servicio de Publicaciones de la institución provincial, Antonieta Benítez, remarca que hablar de Simón Viola es hacerlo de un referente como investigador, reconocido y respetado, en el estudio de la literatura creada en Extremadura. Viola, defiende “ha hecho una importante contribución a la Historia de la Literatura, y una aportación necesaria de material para trabajar en  los centros de Enseñanza”, sobre todo teniendo presente que esta región, en el XIX y el XX, ha sido un territorio muy mal comunicado para recibir las influencias culturales desde donde se difundía para que nos llegaran los movimientos y pensamiento estéticos del momento. “De ahí su empeño, por fortuna, en ofrecernos esa singularidad y la aportación que esta literatura extremeña ha podido hacer a la española”, añade Benítez.

Hoy, Simón Viola nos sorprende con una obra en la que se adentra en el territorio de la narrativa, de la mano de la autoficción,  con el título “Fronteras”, libro de 26 relatos de los que 22 son escritos por el autor y los otros 4 son aportación de su familia directa: padre, madre y hermana. De hecho, el principio del trabajo es la despedida por el fallecimiento de su referente paterno, en 2003, donde -afirma Antonieta Benítez- “quiere dejar bien claro su intención, que no es una elegía, ni un homenaje, tal vez el pago de una deuda”. En fin, un  testimonio filial y un reconocimiento a la generación de los”niños de la guerra” que no están escritos desde la añoranza, la nostalgia o la tristeza, aunque los haya emotivos, pero también los hay felices, divertidos….”, matiza.

Pero sobre todo, contempla la jefa del Servicio de Publicaciones, “estos relatos son el desarrollo de la cotidianidad de una vida sencilla durante las décadas de los años 60 y 70,  “cotidianidad que va transcurriendo poco a poco, como a fuego lento,  en la que se dan una serie de situaciones, anécdotas, hechos… estampas cotidianas en la que nos vamos a ver reflejados e identificados”, precisa Benítez, mucho más los que han vivido o residen en un pueblo. “Esa  identificación y la conservación de la Memoria, a mi juicio, es el valor del libro”, destaca.

Otro de los aspectos destacables de “Fronteras” que le da su pecularidad es el espacio donde se van desarrollando estas estampas, la Raya, cuyos habitantes no pertenecían a una nación sino a una familia y, como mucho, a una comunidad. Así, Benítez transmite que “su territorio no era la patria, sino la frontera” y sus costumbres, contrabando y ese mundo mágico de creencias y tradiciones.

Los relatos, escritos en tercera persona, presentan un estilo sencillo,  elegante, poético, con mucha sensibilidad y de una forma hasta natural, con descripciones hechas de tal manera, que se nos presenta como una IMAGEN, a veces de forma lírica, ejemplifica la presentadora.

Antonieta Benítez no puede dejar de comentar las condiciones tan especiales de este libro por la relación de Simón con sus hermanos, especialmente “en nombre de mi familia,  de mi hermano y de mi marido, pero sobre todo por la dedicatoria en este libro, in memorian, a  mi hermana Teresa”, que nos dejó no hace mucho.

Para Simón Viola se trata de un libro de memorias, “atraído por la generación de mis padres y abuelos que vivieron una España terrible”. También la añadido que somos los descendientes de aquel campesinado.