Alumnos de 2º de Bachillerato del Ies. Fuente Roniel han leído y analizado la última obra de la poeta extremeña Ada Salas , “Descendimiento”, editada por Pre – Textos en el 2018. Una obra sobrecogedora en la que la autora se adentra en el cuadro del mismo título del pintor flamenco Van der Wayden, que se halla en el Museo del Prado.

La experiencia, en palabras de la docente de Lengua Castellana y Literatura , Monserrat Álvarez, “ ha resultado sorprendente por la madurez , la altura y la profundidad que han demostrado los alumnos a raíz de su lectura. Ha sido una experiencia catártica y enriquecedora para todos”.

Esta experiencia lectora iba a terminar con un encuentro presencial con la escritora, un acto de momento aplazado . Se trata de una actividad encuadrada dentro de un Programa de fomento de la Lectura, que el Ministerio de Cultura y Deporte viene concediendo hace años al “Fuente Roniel”: Una serie de charlas- coloquios con autores importantes, que se han convertido en una de las señas de identidad del centro educativo fontanés. A la espera de poner fecha al mismo, hemos conversado con Ada Salas acerca de su trayectoria, su último libro, y del por qué de la lectura de poesía.

C: Cualquiera que se acerque a su obra poética, descubrirá que hay absoluto consenso a la hora de considerarla como una de las poetas más reconocidas, y elogiadas , de las últimas décadas en nuestro país. Desde su primer libro de 1.988 “Arte y Memoria del Inocente”, reconocido con el Premio “Juan Manuel Rozas; pasando por otros como “Variaciones en Blanco” de 1.994 (Premio Hiperión) , “La Sed” (Hiperión:1.997) hasta éste último, “Descendimiento”. Hay muchos titulares pomposos para una autora discreta a la par que autoexigente, que habla de su escritura como de “una desnudez total del ser” . ¿ Cómo lo lleva?

A: Bueno, está bien. Pero lo que a mí realmente me alegra, y me sigue asombrando, es ser capaz de llegar a los lectores desde el lugar que lo hace la poesía, que es muy cercano. Tengo muy claro que lo que escribo no me pertenece y que los poemas crecen, y cobran vida y sentido con las interpretaciones que hacen los lectores. Y ahí reside la grandeza del arte.

C: Su poesía es como delgada, a la búsqueda de las palabras justas y los silencios, que también expresan mucho en su obra. La crítica la lleva etiquetando desde el principio como “Poesía o Poética del Silencio”, y se dice que es deudora de José Ángel Valente. Yo le encuentro también rasgos comunes a la del poeta de Fuente del Maestre José Antonio Zambrano, en ese sentido de pelear con el lenguaje buscando el término preciso. Una tarea, que según Zambrano, es “un imposible”…

A: Madre mía, me comparas con José Antonio Zambrano, maestro de maestros y amigo mío. Me fascina su uso fulgurante del lenguaje, es como un funambulista cuya poesía transita por un vació luminoso. Como dije el año pasado cuando me dieron la Medalla de Extremadura, tenemos una tierra de grandes escritores y de excelente poesía. Y Valente fue mi gran maestro y mi gran amigo. Aunque no estoy de acuerdo con eso de que el lenguaje resulte insuficiente. En el lenguaje, en la Poesía cabe todo lo humano.

C: La Muerte está entreverada en todo lo que ha escrito, y adquiere fuerte presencia en su último libro … “ Lo que nos pesa es no tener más vida”, escribe …

A: Siempre he escrito desde lo que me produce conflicto, que es lo que vamos perdiendo a lo largo de la vida, y toda pérdida es una forma de muerte. De alguna forma, escribir poesía es mi manera de rebelarme contra esa verdad tan absoluta. Lo dijo Machado: “Se canta lo que se pierde”. O Gil de Biedma, cuando escribió eso de “ no hay poeta sin herida”. “Descendimiento” fue el título que le dí a unos poemas que estaba escribiendo tras una dura ruptura sentimental, era mi forma de expresar mi propio descenso personal a los infiernos. Hasta que se me cruzó ese cuadro, y se adueñó de mi escritura.

C: ¿ Cree que los lectores jóvenes se llevan mal con el género poético?

A: No, eso es un prejuicio. Precisamente por su edad, por esa sensibilidad tan pura y esa frescura que tienen, son capaces de llegar al poema de una forma muy directa, se lo llevan a su terreno. Siempre me sorprenden.

C: ¿ Para qué sirve la Poesía, Ada?

A: En la poesía cabe todo lo que nos sucede y sentimos como humanos. Sirve para conocernos mejor a nosotros mismos, para encontrar respuestas, para comprender el dolor y trascenderlo, algo que resulta bello. La poesía te reconforta cuando estás pasando un infierno, y lees a otro ser que ha pasado por lo mismo. Sólo hay que dedicarle tiempo, y cuando eres capaz de llegar a ella, entonces la vida te cambia por completo. ¿ Te parece poco? …

Concha Llamazares

Pie de foto: Rafael Fontán