“Cuando todo el mundo paró, los agricultores y ganaderos hicimos posible que no faltaran alimentos en los lineales de los supermercados. Que ahora puedan desaparecer estas explotaciones familiares, debido a la situación límite que atraviesan, no es un problema solo de los productores sino que nos afecta a todos como sociedad”. En ello han coincidido los dirigentes de UPA y UPA-UCE, Lorenzo Ramos e Ignacio Huertas, respectivamente, en el balance agrario del 2020 que esta organización ha realizado hoy en Mérida.

Los agricultores y ganaderos han demostrado que la cadena alimentaria de este país es un sector económico formado por personas y estructuras potentes, que han abastecido mercados y dado tranquilidad a la población en general. Sin embargo, sus problemas no han desaparecido y los productores siguen con una crisis de precios de sus productos.

Análisis por sectores

La covid19 afectó de manera muy negativa al sector agrario y determinadas producciones se encontraron sin mercado al cerrarse el Canal Horeca. La flor cortada, el conjunto de las producciones ganaderas y el sector del vino se han visto muy afectadas por esta situación, agravada por la gran especulación. “Se han puesto medidas en marcha pero están resultando claramente insuficientes.  Muchos de estos sectores como el porcino ibérico, el vacuno de carne y el vino siguen aumentando sus pérdidas cada día”, ha lamentado el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.

Otro de los problemas que más ha castigado al sector agrario este año ha sido el cambio climático. En esta línea, UPA-UCE Extremadura ha pedido una redistribución más justa de los apoyos en los seguros agrarios que priorice a las explotaciones familiares y profesionales, ya que la mayor parte de los fondos se los están llevando grandes explotaciones que no son ni agricultores ni ganaderos.

Entre los cultivos que más dañado se ha visto este año por la climatología, UPA-UCE ha destacado la situación del tomate, con precios ruinosos que han ocasionado 14 millones de euros en pérdidas para los agricultores del sector.

En el sector de la fruta, donde UPA-UCE continúa denunciando el incumplimiento de la Ley de la Cadena, la campaña ha finalizado con menor producción pero mejores precios, en concreto un 30% más, excepto en las variedades de ciruela negra afectadas por el cierre de Brasil. “Que se cumpla la Ley de la Cadena será la bandera de UPA. Los agricultores y ganaderos cumplimos con todas las exigencias que nos imponen y no aceptaremos que algunos se la salten impunemente. No puede ser que todos los eslabones ganen dinero menos el agricultor”, ha destacado el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos.

Con respecto a los cultivos de secano, producciones como el olivar han registrado unas pérdidas de más del 70% de la producción en aceituna de mesa que, además, sigue lastrada por los aranceles de EE.UU.

Esta organización agraria se muestra también muy preocupada por la situación tan delicada que vive la apicultura, afectada por la falta de producción y la alta mortandad de abejas.

Retos para el 2021

UPA-UCE Extremadura espera que en 2021 se resuelvan algunos de los problemas ya identificados como precios bajos, falta de reconocimiento público del sector y un futuro incierto. Y para ello, esta organización agraria reclama que la nueva PAC sea más justa que la anterior, en la que es fundamental incluir cuestiones como un reparto diferente de las ayudas que priorice a las explotaciones familiares; mantener los pagos al cultivo del tabaco; que se establezca el principio de reciprocidad para los productos que vengan de fuera y el Brexit, ya que nuevamente un problema político puede repercutir en nuestros productos.

“Estaremos muy pendientes de todas las negociaciones que se lleven a cabo de la Política Agraria Común y esperamos que las ayudas favorezcan a la gente que se manifestaba en las calles porque no le salían las cuentas. Por la vía de la Ley de la Cadena y de la PAC tenemos que resolver los problemas”, ha señalado Ramos.

Para Ramos, el Plan Estratégico que se negocie debe ser un fiel reflejo de la situación actual de los agricultores y ganaderos y contemplar su realidad productiva, que favorezca la agricultura familiar frente a otro tipo de modelos superintensivos.

Además, desde UPA reclaman que la PAC favorezca a los sectores que más lo necesitan como el olivar tradicional frente al superintensivo, ya que éste último es rentable por sus propios medios y no necesita de unas ayudas que son vitales para el tradicional. “Tampoco permitiremos que se maltrate a un cultivo fundamental en el norte de Cáceres como es el tabaco. Seguiremos defendiendo perciba el nivel de apoyos que necesita”, ha apuntado Ramos.

“El sector agrario ha demostrado ser esencial este 2020, esperamos que en el 2021 ese valor se convierta en un reconocimiento y en unas nuevas reglas que aseguren su futuro”, han manifestado desde UPA-UCE.