El Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobó el pasado 5 de mayo una línea de ayudas para ganaderos de ovino y caprino con dificultades para la comercialización de sus corderos y cabritos debido a la crisis sanitaria producida por la pandemia en los meses de marzo y abril. A ‘bombo y platillo’, el Ministerio de Agricultura vendió entonces que el objetivo era “paliar la situación de los ganaderos que no han podido dar una salida comercial a sus animales por el cierre de la hostelería y la restauración”, por lo que iba a financiar estas ayudas hasta un límite de 10 millones de euros mientras que las comunidades autónomas podrían aportar financiación complementaria.

Para facilitar a los ganaderos la percepción de ayudas y recudir las cargas administrativas, se aseguró que dichas subvenciones se iban a percibir como complemento de la PAC a estas producciones.

El propio Gobierno decía que estas ayudas estaban destinadas a paliar la situación de un sector estratégico en el ámbito económico, social y medioambiental, con una producción muy estacional, ligada a un consumo mayoritario durante los meses de marzo y abril y casi en su totalidad a través del canal de la restauración y la hostelería, cerrado por la actual crisis sanitaria”.

Asimismo, la Junta de Extremadura publicó el 24 de julio en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) la resolución para la concesión de dichas ayudas y destacaba que el número máximo de animales por el que se podía recibir ayudas era de 100 por beneficiario y especie; y la cuantía máxima no podrá superar los 12 euros por oveja o cabra elegible. En definitiva, el tope máximo de ayudas no sobrepasarían los 1.200 euros por explotación y titular.

Sin embargo, más de medio año después, Asaja Extremadura quiere denunciar que el 70% de los ganaderos extremeños se han quedado fuera de dichas ayudas al agotarse el presupuesto, que se ha comprobado que era “muy limitado y corto y no cubría las necesidades urgentes que padecían los afectados”, asegura Ángel García Blanco, que destaca que una vez más este Gobierno, y este caso es un claro ejemplo, se basa en la propaganda “porque vende como si fuera ‘el maná’ estas ayudas pero luego resulta que no sirven para nada, que la mayoría se queda fuera de poder recibirlas, aunque cumplan todos los requisitos”.

El presidente de Asaja Extremadura lamenta que un sector que está atravesando una situación muy complicada, debido a las continuaciones restricciones que está sufriendo la hostelería, y por tanto la imposibilidad de vender los animales, quede completamente desamparado por el Gobierno.

Por lo tanto, y al ser estas ayudas “completamente insuficientes”, Asaja Extremadura insta a la Junta de Extremadura, como le permite el Real Decreto 598/2020 en el que se basa esta ayuda, a que abra una línea de apoyo a los ganaderos de la región afectados por la pandemia, con fondos de los nuevos presupuestos autonómicos que están a punto de aprobarse en la Asamblea de Extremadura, con el fin de poder aliviar sólo en parte la situación del sector. “Así se podrá comprobar la voluntad política que existe a su vez en el gobierno regional para poder tapar, una vez más, la falta de previsión, la arbitrariedad, la incompetencia y la falta de respeto del Gobierno para los agricultores y ganaderos extremeños”.