De Celestina al Mercader de Venecia. Ese es el viaje escénico que propone hoy y mañana el 32º Festival de Teatro Clásico de Cáceres. La jornada de hoy del festival cacereño incluye dos montajes recorridos por el erotismo en dos escenarios distintos. En la sede del Ateneo, la compañía extremeña Insertus estrena la comedia Verxxiones del amor (20.30) y en el Gran Teatro (22.30), Teatro Corsario apuesta por el terror fantástico de Celestina infernal.

La función del Gran Teatro, trasladada por la amenaza de lluvia, plantea una visión diferente de La Celestina de Fernando de Rojas, pues la lleva al teatro de títeres para adultos. Esta adaptación del grupo vallisoletano Teatro Corsario escrita y dirigida por Jesús Peña se adentra en el terreno de lo fantástico y de terror, una de las señas de identidad de este grupo teatral.

En Celestina infernal el personaje de la Celestina es una bruja, y Peña imagina lo que no está en el texto de Rojas, la vida del personaje central como bruja, más allá de la alcahueta que trama los amores entre Calisto y Melibea. De este modo, la obra se aproxima a los acontecimientos de la tragicomedia original y los alterna con momentos de la existencia tenebrosa de Celestina. En su concepción, este espectáculo prescinde casi por completo de la palabra y da protagonismo a las imágenes y a la música.

Dos parejas y una cena

Verxxiones de amor forma parte de la sección paralela del festival Las piezas clásicas. De ella se ofrecerán dos funciones, la del estreno de hoy (trasladad por la alerta de lluvia al Palacio de Camarena, sede del Ateneo) y la que se representará el jueves 24, ambas con entrada libre, pero con el aforo limitado.

El juego escénico concebido por Montaña Granados y dirigido por Rubén Arcas gira en torno a una cena al aire libre que reúne a dos parejas: una actual y otra del Siglo de Oro. Tomando como texto la poesía erótica de esa época, Verxxiones del amor plantea una comedia de enredo en la que se entremezclan las historias de amor de cada pareja, interpretadas por Beatriz Solís, Rubén Arcas, Pilar Contrera y Alberto Puerto. De sus relaciones y diálogos se desprende que en el erotismo se encuentra el fundamento de la naturaleza humana.

El origen del capitalismo, según Shakespeare

Un Shakespeare como origen del capitalismo es la interpretación que propone el director de escena alemán Konrad Zschiedrich en su versión de El mercader de Venecia. El montaje, que se presenta mañana viernes en el Festival de Teatro Clásico de Cáceres la compañía catalana Dau al sec en la plaza de las Veletas, recurre, como en otros casos en el teatro, al cambio de actor masculino por uno femenino (Mercé Managuerra) para interpretar el personaje del prestamista Shylock.

El montaje ideado por Konrad Zschiedrich y codirigido con Mingo Rafols surge de una colaboración entre el director y cuatro actores para llevar a escena una obra de William Shakespeare. Zschiedrich propuso a los actores una versión de El Mercader de Venecia, cuya duración redujo a una duración de una hora y treinta cinco minutos, con catorce escenas y ocho personajes, dejando de lado tramas secundarias.

Este relato de un mercader veneciano que recurre a un prestamista para ayudar a un amigo que va a casarse incide en la expansión del poder económico y su impacto en las relaciones humanas en la Venecia del siglo XIV. La usura, la riqueza, el odio entre culturas que conviven, la vulnerabilidad del extranjero y la utilización perversa de la ley conforman una mirada sobre la génesis del sistema capitalista y el nacimiento de la banca, en el sentido moderno del término.

Con una puesta en escena desnuda, Konrad Zschiedrich, que llegó a Barcelona desde Alemania en 1986, construye una versión esencial que se concentra en los movimientos del capital y el sentido del dinero y de la ley.

La Filmoteca de Extremadura proyecta también hoy (20.30) la segunda de las dos películas de la sección Cine entre bambalinas, El último acto, de Janos Edeleny, un homenaje al teatro de Shakespeare.

El filme reúne a Brian Cox, Coco König, Anna Chancellor y Emilia Fox en una historia sobre un prestigioso actor que vive recluido en su casa de campo. Padece una enfermedad degenerativa que intenta ocultar al público. Su hija, Sophia, y su antigua amante y ahora ama de llaves contratan a una enfermera húngara que aspira a convertirse en actriz. El amor por Shakespeare unirá al actor y a la enfermera.