Asaja Extremadura ha considerado hoy “inadmisible” que la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, aproveche una visita institucional a nuestra región para “insultar al campo extremeño, a sus productores y en definitiva a todo el sector agrario que lleva demostrando durante muchos años su capacidad de trabajo, gestión y responsabilidad para convertirlo en uno de los grandes motores de la economía extremeña”.

Esta organización agraria muestra así su “enorme malestar” a las declaraciones efectuadas por Yolanda Díaz a Canal Extremadura, en las que ha pedido al campo extremeño “que abandone la precariedad” y tildando de “inaudito” que el convenio del campo no se renueve desde 2018.

En primer lugar, Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura, considera que “para una vez que se acuerda de Extremadura y que tiene a bien venir visitarnos” no vamos a consentir “que nos falte al respeto” demostrando no sólo una “sorprendente falta de información de lo que ocurre en esta región” para su condición de ministra si no también un “sectarismo patológico y trasnochado, inexplicable teniendo en cuenta la cantidades de asesores que debe de tener en nómina y que pagamos todos los contribuyentes, también los del campo, con los elevados impuestos que sufrimos”.

El dirigente agrario no entiende cómo se pueden realizar unas manifestaciones “desde la atalaya de los grandes despachos con moqueta, que le encanta a este gobierno y sobre todo a esta ministra, y no se digne a ensuciarse los zapatos para hablar con propiedad del campo visitando un cerezal o un campo de melocotones de los muchas que tenemos en Extremadura”.

García Blanco le conmina a la ministra a que encuentre las explicaciones “reales’ por qué, por ejemplo, falta mano de obra para recoger en la actualidad la cosecha de cerezas en el Valle del Jerte cuando Extremadura supera, según los últimos datos oficiales, más de 102.813 personas en el paro. “Y serían muchas más personas desempleadas en nuestra región si el sector agrario no se hubiera mantenido en pie, dando la cara y sirviendo a los ciudadanos en los peores momentos de la pandemia, en el periodo de confinamientos, cuando los agricultores y ganaderos aseguraron el funcionamiento de la cadena alimentaria y además, de forma voluntaria, se prestaron a desinfectar las calles y edificios de los pueblos”.

Sin embargo, se queja Ángel García Blanco, “no hemos escuchado ni una sola vez ante ministra tan sectaria y anclada en otros tiempos una palabra de agradecimiento por esa labor tan esencial, y no digamos ya que haya aportado alguna solución a la grave crisis de precios que está terminado con muchas producciones agrarias, muchos de ellos por debajo de los costes de producción, pero de este grave problema no le interesa hablar a la ministra”.

El presidente de Asaja Extremadura recuerda que además este Gobierno ha subido de forma “indiscriminada y sin consenso” hasta dos veces consecutivas el Salario Mínimo Interprofesional en los peores momentos que estaba pasando el sector agrario, al que no se le pidió opinión sobre el asunto, y sin embargo se ha cumplido a rajatabla, como no podía ser de otra manera, la normativa y se ha aplicado una subida de más del 30% en los salarios, que en muchos casos ha puesto contra las cuerdas a los productores. García Blanco recuerda cómo esta ministra no ha dado voz a las organizaciones agrarias en ningún momento durante esta legislatura, “cerrando las puertas del Ministerio a los legítimos representantes del sector agrario por orden de su antiguo jefe, que no sabemos si lo seguirá siendo, el ex vicepresidente del Gobierno, el señor Pablo Iglesias”.

Tampoco explica la ministra, continúa García Blanco, cómo es posible que se mantenga la normativa de que los mayores de 52 años no acepten ser contratados en el campo porque si lo hacen pierden la paga que están recibiendo, incentivándose así que exista una economía sumergida y, lo que es peor, contribuyendo a que una parte de la sociedad no quiera trabajar porque recibe una paga del Estado. “Eso sí son problemas estructurales que padecemos a diario los empresarios del campo, pero ella como ministra cierra los ojos porque así fomenta el empleo cautivo, propio de otros regímenes nada democráticos. Eso no son condiciones dignas de trabajo y eso es lo que está fomentando el Ministerio de Trabajo, dando subsidios a cambio de votos”.