La aprobación hoy del decreto de calidad y trazabilidad del aceite de oliva viene a renovar una normativa de 1983. Como cabía esperar, la expectación en el campo era máxima. Sin embargo, “nuestras primeras impresiones tras analizar el comunicado emitido por el Ministerio, y a expensas de tener y analizar el texto completo, es que no se ha sido tan ambicioso y valiente como se requiere para proteger a la parte más vulnerable y necesitada de apoyo en el sector oleícola: las miles de explotaciones familiares que con el olivar tradicional dan el sustento a todo nuestro sector”, han explicado desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

Tal y como han explicado desde UPA, el olivar tradicional y las explotaciones familiares, precisamente el modelo mayoritario en nuestro país y aquel que nos coloca a la cabeza en producción mundial, han recibido con desilusión las primeras informaciones que parecen indicar que el decreto ha ignorado una demanda clave a pie de campo: introducir una definición en la norma para ese olivar tradicional, “es indispensable que, dados los distintos modelos de producción que hoy en día conviven y compiten en el sector productor, la diferenciación entre los aceites de oliva procedentes de distintas formas de cultivo sea clara y apoyada por las Administraciones, dotándola de seguridad jurídica”, indican desde la organización agraria.

A su vez, UPA se ha referido a otra petición que, según estas primeras noticias, también ha sido ignorada por el nuevo texto. Se trata de la separación de instalaciones en la industria, una medida que, tendría un importante impacto en toda la cadena puesto que ahonda en las garantías de calidad del producto. En este apartado de la industria, la organización agraria ha valorado positivamente que se prohíba la práctica del ‘refrescado’, es decir, la de mezclar aceites de oliva vírgenes de la campaña en curso con otros de campañas anteriores.

Sobre otra ausencia en el decreto, UPA ha señalado que parece que finalmente no se han eliminado términos que pueden inducir a la confusión en el consumidor final como “suave” e “intenso”. Sin embargo, los agricultores valoran positivamente que sí se restrinja el uso de los términos “virgen” y “virgen extra” al aceite de oliva y se prohíba para otras grasas vegetales en nuestro país.

En todo caso, UPA cree que el decreto supondrá un avance importante en cuanto a trazabilidad ya que han atendido los ruegos de mejorarla y transformar el sistema a fondo apoyándose en las nuevas herramientas informáticas que hoy en día tenemos a nuestro alcance.

Siguiente paso

“A pesar de que deseábamos que el decreto hubiese sido más ambicioso, lo cierto es que los avances que proponen son todos muy necesarios y nos alegramos por esa parte”, han explicado desde UPA. Eso sí, su responsable sectorial, Cristóbal Cano, consciente de que “esto es una carrera de fondo”, ha aclarado que esperan que a lo largo de los próximos meses el decreto se complemente con otras medidas en la línea de las demandas de los productores.

Además, Cano ha pedido que la nueva norma venga acompañada de una campaña informativa y de promoción “potente” en el mercado interno, sobre todo entre la gente joven que es aquel colectivo en el que se ha detectado un menor crecimiento en el consumo. “En el país con los mejores productores del mundo, tanto en cantidad como en calidad, los consumidores deberíamos ser los número 1 en conocimiento”, ha dicho.

UPA-UCE sobre el aceite: “Con esta norma se pierde la oportunidad histórica de hacer justicia al olivar tradicional

UPA-UCE Extremadura lamenta que con la aprobación del decreto de calidad y trazabilidad del aceite de oliva se pierda una oportunidad histórica para hacer justicia al olivar tradicional, aunque afirma que supone un paso adelante para dar más garantías al consumidor sobre el producto y que aportará mayor transparencia y mejor control sobre la calidad de nuestras producciones.

Esta organización agraria lleva muchos años reivindicando un trato justo para este tipo de olivar y ahora lamenta encontrarse con una nueva norma que no introduce una definición clara de lo que supone el olivar tradicional, que ayude a diferenciar sus producciones de las del intensivo, que está creciendo de manera importante en los últimos años y que supone una gran amenaza para este tipo de producciones.

“Creemos que era absolutamente necesario que, después de 38 años, esta norma posibilitara la diferenciación de nuestro olivar tradicional, no solo por la calidad de su aceite, sino también por los altos beneficios que genera al conjunto de la sociedad desde el punto de vista medioambiental y social, siendo una fuente de empleo en las zonas que no tienen otras alternativas, además de su indudable valor cultural y paisajístico”, destaca el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.

Por tanto, desde UPA-UCE seguirán reivindicando que el gobierno de España reconozca “más pronto que tarde” a este tipo de olivar y los beneficios que genera y establezca esta diferenciación que es tan importante para nuestras producciones.

Situación actual del sector

La campaña del olivar queda ahora a expensas del otoño, pero si se dan unas condiciones climáticas favorables, la estimación a nivel nacional que hacen desde UPA-UCE es que la producción se sitúe algo por debajo de la campaña anterior, que fue de 1.387.266 toneladas frente al 1.345.000 esperado para este año. La escasez de lluvias, sobre todo en Andalucía, ha condicionado la producción a nivel nacional.

Con respecto a Extremadura, desde UPA-UCE avanzan que se espera una campaña superior, más de un 10% sobre el ejercicio anterior, lo que nos situaría en tono a una producción de 80.000 toneladas.

Análisis del mercado

UPA-UCE Extremadura señala que la comercialización del aceite de oliva ha tenido un crecimiento muy importante con respecto a la campaña pasada, lo que hace que las existencias para enlazar este próximo ejercicio estén en una situación de mínimos, suponiendo menos del 50% de la campaña de enlace anterior. La cifra de enlace de esta campaña se sitúa en torno a las 355.000 T, mientras que la pasada fue de 755.000 T.

Además, esta organización agraria destaca que la normalización de las relaciones con Estados Unidos y el levantamiento de los aranceles a nuestro aceite ayudan a mejorar las expectativas de mercado.

“Todo esto nos hace pensar que los precios del aceite de oliva seguirán en unos “niveles razonables” para los productores ya que todos los parámetros de mercado apuntan a una estabilización de los precios”, mantienen desde UPA-UCE.