El día 22 de diciembre se despedía de compañeros y amigos Vicente Pérez Martínez, trabajador perteneciente al parque de bomberos en Villafranca de los Barros, sito en calle Duque de Ahumada, 14, bajo un emotivo homenaje al son de las sirenas y en el lugar en el que han compartido tantas horas de trabajo y amistad, tras más de 27 años de servicio dedicado en cuerpo y alma a esta profesión la de bombero, la que según la Real Academia de la Lengua, ‘Persona que tiene por oficio extinguir incendios y prestar ayuda en otros siniestros’ y de los que en todo este tiempo son numerosas las anécdotas que puede contar este hoy Cabo de bombero.

Vicente nació un 15 de septiembre, festividad de la Virgen de los Dolores, del año 1961, el segundo de cinco hermanos, hijo de Daniel e Isabel, de una gran familia, nos dice, “de la que me siento orgulloso”. De padres agricultores, cuando acabó los estudios primarios lo tuvo claro, marcha a Badajoz donde saca los estudios de Capataz Mecánico, como buen aficionado que ya era a la mecánica y solucionar problemas complicados donde poner en juego la destreza, “y también por primera vez, realicé los primeros cursos de Primeros Auxilios y Prevención. A raíz de ahí, me motivó el afán de poder ayudar a los demás dentro de mis posibilidades” confiesa Pérez.

Tras los estudios se incorpora a la plantilla del taller mecánico Hnos. Rodríguez en Ribera y poco más tarde se le plantea la posibilidad de emprender como socio y parte de la empresa en Talleres Gonmar, de Villafranca de los Barros.

Con tan solo 20 años, se presenta a unos exámenes en Telecomunicaciones para obtener licencia para operar con frecuencias en emisoras de radio. Donde conocería a muchos amigos altruistas que a través de la radio ayudaban a los demás, y que le animarían a pertenecer a la REMER (Red Nacional de Radio de Emergencia) de Protección Civil, a la que aún sigue perteneciendo. “En aquellos tiempos, que el teléfono móvil no existía, yo con mi emisora ponía en contacto por falta de cobertura de los equipos que disponían los Servicios de emergencias en aquel momento, contactando con la Delegación del Gobierno, como así sucedió con aquel trágico día del 6 de diciembre del 1989, dos jóvenes perdían la vida ahogados en el río Matachel. Entonces me di cuenta que había que trabajar el voluntariado y poner al servicio de los demás todos los recursos necesarios para apoyarnos en cualquier emergencia”, apunta Vicente.

Durante la legislatura municipal de 1991-1995, este ribereño tuvo la oportunidad de trabajar por su pueblo y por ello formó parte del consistorio. A partir de ahí, una de sus inquietudes que le motivaron más fue organizar a grupos de jóvenes, creando la Asociación Juvenil Meléndez Valdés y sus estatutos, más tarde pone en marcha Radio Ribera, con el fin de que jóvenes y no tan jóvenes, pudieran llegar a cada rincón del municipio pacense, mención especial la que hace de Joaquín Rodríguez, Javier Porras, Puri Roco “y muchos más, que incluso hoy ejercen de periodistas”, nos dice satisfecho por el trabajo realizado.

Durante aquellos años crea la Agrupación local de Protección Civil de la que fue su coordinador durante más de 12 años, trabajando por la seguridad, y donde se formaron muchos jóvenes con diferentes cursos en Ribera (dentro y fuera de las aulas) y en la Academia de Seguridad Pública de Badajoz, (que hoy este bombero suma en su haber 4500 horas de formación), “y por primera vez, aunque parecía una locura, se pudo hacer una prestación social sustitutoria, la antigua mili”, nos dice. Operando desde las antiguas casas de maestros, lugar que sirvió de central para retenes, trabajando con ADENEX en fuegos forestales, AMUS, etc. Además de trabajar desde y para toda la comarca en crear nuevas agrupaciones de Protección Civil y Asociaciones Juveniles.

Tras superar unas oposiciones, con poco más de 33 años este apasionado a la fotografía accede a una de las profesiones más vocacionales que existen, y su destino el Parque de bomberos de Villafranca de los Barros, habiendo pasado por momentos muy duros, donde el dolor de la tragedia no tiene consuelo, “he visto como compañeros se han quedado en el camino”, asume.

El parque de bomberos ha sido mi segunda residencia, ahora paso página y comienza otro capítulo en mi libro. Más tiempo para dedicarlo a mi familia y amigos, seguir con mis aficiones, que no son pocas, y por supuesto en la REMER, nos dice este Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales y Máster en Ergonomía.

Pero todo este trabajo reconoce Pérez no lo podría haber realizado solo, “siempre he estado acompañado y arropado por mi mujer, Fefi. Nos conocimos hace 43 años. Ella me ha apoyado en todos y cada uno de mis proyectos al igual que mis dos hijos, Mabel y Alberto, quienes también han optado por escoger profesiones que están al servicio de los demás”, quien finaliza, “siempre podréis contar conmigo, un BOMBERO nunca se retira”.

Juan Francisco Llano Báez