Se discute, en conferencias y coloquios y congresos de periodismo, siempre se llega a la teoría de los géneros de información, siempre al articulismo y, siempre si es literatura o no.

Alfonso Martínez Garrido (Navalmoral de la Mata, 1936, Madrid, 1996) escritor y periodista y articulista, redactó una columna en La gaceta de la Prensa Española, el día 15 de febrero de 1965 titulada Periodismo y Literatura en la que analiza las relaciones-puentes-viaductos entre estos dos mundos culturales y sociológicos.

Todos los humanos juegan con las palabras, a no ser que tengan algún problema lingüístico profundo, pero incluso teniéndolo juegan con las ideas-conceptos-imágenes, o, todos jugamos, con las ideas-conceptos-imágenes y las palabras-vocablos, formando frases-enunciados-oraciones que representan estados de la realidad, realidad de la conciencia, realidad del mundo exterior.

Algunos, a esas palabras e ideas, creen que además de ser lenguaje oral natural, quieren transformarlo en lenguaje natural, oral escrito, y, dentro de ese grupo de realidades socioculturales, algunos, intentan un paso más, que sean “información y, o sean literatura, es decir, arte de las palabras”. Pero, dentro de este último grupo, existen personas, que creen-desean-quieren que sus palabras e ideas y conceptos escritos tengan, no solo conceptos-información, sino también, sean arte literario y estético. Representen, como algo intermedio, entre la realidad natural o social, y, la realidad de la conciencia humana, individual y colectivo, entre esas dos paredes de madera o de pan formando sándwiches, dentro esté un trozo de vida-arte-estética, en definitiva, literatura.

Por mucho, que desde los viejos griegos, tropezaron con los discursos, lo que ahora denominamos teoría de la literatura, ellos, oratoria o erudición o retórica, no sabemos muy bien, lo que es el arte-artes-literatura –porque cuando llegamos a un horizonte, la generación siguiente lo lleva más lejos-. Es algo, diríamos que añade complejos de belleza y de contenido, sea en colores –pintura-, sea en sonidos –música-, sea en palabras –literatura-, y, otras artes.

De los diversos géneros periodísticos existentes –editorial, información, noticia, reportaje, entrevista, crónica, articulo o columna, comentario, etc.-. Muchos autores-as, indican, que de los anteriores, que he mencionado, solo existirían dos o tres, y que esos crean o de ellos nacen los otros. Especialmente, en el articulismo se plantea, cuanto es de información-análisis-argumentación específica-especialista, y cuánto es de literatura-arte-estética, aunque tenga argumentación…

Tal es así, que simplificando, se ha llegado a la conclusión, que existen tres tipos de periodismo, el de información-noticia de los hechos, el segundo, de interpretación analítica, con razones y causas y fundamentos y metas, tercero, el de interpretación y argumentación, con una gran parte de oratoria-retórica-erudición-argumentación-estética-belleza.

Fundamentalmente, este último, es el empleado, esencialmente, en el articulismo, que mezcla información o noticias, de mayor o menor actualidad o actuales o intemporales o universales, con argumentación, y con las técnicas de la oratoria-retórica literaria del discurso.

Del periodismo, personas han pasado a la literatura, de la literatura, personas han pasado al periodismo o al periódico, formando-conformando lo que se ha denominado periodismo literario o literatura en el periodismo o escritor literario que escribe en periódicos, o literato que redacta literatura periodística. Matices, que pueden parecer barrocos, pero que expresan diferencias y disimilitudes demasiado finas, demasiadas veces. Y, desde luego, desde que han entrado los doctorandos y catedráticos de las escuelas de periodismo del mundo en esta cuestión, están dilucidando-diseñando-teorizando, creando más diferencias-interpretaciones más escuelas, más taxonomías…

Como la consabida en el articulismo occidental, con tres escuelas, como indicaría Teodoro León Gross: la anglosajona, sería más analítica y sintética, dependiente de la empresa privada; la centroeuropea, más dependiente de la empresa pública de los medios de comunicación; la latina y mediterránea, más combinación de información y literatura.

En nuestra Celtiberia, se cita mucho la frase, con todos los matices, que los escritores van al articulismo, “por los garbanzos”, no sé, si frase atribuida a Azorín. Otros, piensan, que se crea una sinergía, el periodismo profesional o institucional o el mezclado, que es casi todo, en la práctica –por eso, de la necesidad de la publicidad institucional, privada o pública-, necesita a las grandes firmas literarias, porque añaden plusvalía y valor a sus medios, por otra parte, los escritores, necesitan estar-tener mas presencia pública, para que su nombre, no se olvide, se vaya recordando como imagen de marca, el tal Equis o el tal Zeta o el tal Eme, con su columna, en uno o en varios medios.

Pero existen, también, otros autores y autoras, que consideran, que la columna periodística es un género más literario, pero con temas de actualidad o actuales o intemporales o universales o eternos –humanos o divinos, individuales o colectivos-, porque afectan a personas de carne o sangre, se ocupen los medios de ellos o no. Diríamos, que el columnismo literario, intenta expresar-analizar-embellecer-cuestionar, cientos de realidades, que quizás, no son noticia, pero que duele o alegran el corazón humano, realidades cotidianas, desde la muerte de un niño o hijo, o la tortilla de patatas comida en soledad, o los jubilados escondidos en sus corazones…

Aunque no lo crean, ahora mismo en esta Piel de Toro, existen miles de columnistas, que machacan las teclas y las ideas, cada semana, al menos una vez, y no cobran ni un maravedí-dólar-euro. Por tanto, están haciendo literatura e información, sin esperar plusvalías económicas. Al menos de momento.

Terminemos con una frase de y sobre política, pero pienso que se puede aplicar a la literatura periodística: “Vota al hombre que promete menos. Será el que menos te decepcione”, de William M. Ramsay. Que yo parafrasearía, “fíjate en el articulista, que es más ponderado con razones y argumentos y belleza y oratoria, porque posiblemente, intenta, manipularte menos, quiere que utilices tu razón y no solo tus vísceras…”.

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