La lírica fue el género literario que empleó, este sábado 2 de abril, Juan Valentín Ortiz Casimiro para pregonar la Semana Santa de Fuente del Maestre, y lo hizo prestando su joven voz al maestro de Nazaret, a Jesucristo.
“Yo, Rey de las Alturas y de todo lo creado, siempre puse fue en la villa que nos tienes rodeados…me dirijo a un pueblo noble que nunca me abandonó…Y en la boca de mi siervo romperé con mi pregón”, con estas palabras comenzó su intervención el pregonero fontanés, todo ello bajo una sola luz que iluminaba al propio pregonero y a un Cristo Crucificado.

Otro de los aspectos importantes fue su vinculación a la Palabra de Dios y a la nueva evangelización, sobre todo, ahora que tras dos años vuelven las imágenes a la calle, “dos añitos estuvisteis esperando a cada paso, por esquinas pintorescas y plazuelas del pasado. Por lo tanto, disfrutad como nunca disfrutasteis los misterios de mi Pascua”.
Y como no podía ser menos, al tratarse de un joven cofrade de 19 años, su pregón tenía que hablar de Fe y de Juventud “fuiste tú, quien mostrara a dicha villa el Misterio de la Fe, anunciando a cada joven que la Fe es la juventud y el estar entusiasmado en la Fuerza de mi Cruz…”.

A partir de ahí, Juan V. Ortiz fue recitando los aspectos más importantes de la Semana Santa de Fuente del Maestre, comenzando por el Domingo de Ramos, donde hizo mención de la Borriquita y destacó a la joven cuadrilla de costaleros que porta esta imagen y de la que él forma parte, “para ser tan jovencitos cómo gozan de coraje, pues el daño que infrinja la brutal trabajadera, ya tendrá su recompensa con la vida venidera”.

Seguidamente dio importancia al Lunes, Martes y Miércoles Santo “tres días olvidados a lo largo de la Historia, pero puedo aseguraros que también fueron “Pasión”, pues por dentro, yo angustiado, suplicaba a las alturas que no pasaran las horas y evitar mi redención”. Y es que estos tres días en Fuente del Maestre tienen su interés ya que el “Martes Santo iréis por la calle recordando mi solemne Vía Crucis…y al llegar Miércoles Santo volverán las emociones, desfilando en pasacalle las cornetas y tambores: Salgo Yo en mi Humildad con mi Madre de Dolores y su eterna Soledad…”.

Uno de los momentos más álgidos de su discurso llegó al cantar el Jueves Santo, donde destacó que es el día del amor que “es divino, es sagrado, es perfección, es infinito, es presente…y es Caridad”, y que es el día en que se celebra la institución de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal, “y en Amor, aquella noche, os dejé la Eucaristía; para así volver a dar por Amor, la vida mía hasta el gran día final…y ordenando a los 12 que lavaran vuestros pies, les mostré el apostolado en humildad que hay que tener”. También tuvo palabras para la procesión del traslado de Jesús Nazareno a las 4 de la tarde, y para el momento de las Tres Caídas “el paseo abarrotado…Madre e Hijo cara a cara; tres caídas he de dar, caminando poco a poco en aquel dolor final que soporta mi María por Amor a su chaval”.

La descripción del Viernes Santo la inició con un soneto para acabar poniendo su mirada en la cruz “la Cruz es la cima inamovible de este mundo; es la cúspide infinita de la voluntad de Dios, y tan solo el que la sube llegará a la Salvación”. Además, apuntó que la explicación de este día filósofos y teólogos “no podrán nunca mostrar de manera teorizada la tortura tan real…No es teoría, sino hecho, que una perfilada lanza traspasóme hasta el pecho”. En este punto señaló las nuevas imágenes procesionales del Señor de la Caridad y del Cristo de la Buena Muerta, “más la muy hermosa salida de nombrados titulares, se os oculta en evidencia de la poca antigüedad; pues el Viernes en La Fuente se centró en el Dolor espantoso de mi Madre y en una urna de cristal”.

Y tras la pasión…la gloria, la Resurrección, que el pregonero entonó con las siguientes palabras “que los soles y los astros se arrodillen a la Historia del Humano que ha sufrido y ha alcanzado la Victoria, retornando la mirada hacia el seno de la Gloria. Resucité, resucité…Aleluya…Resucité. Y al salir de la Vigilia, os acordáis tan buen suceso, me paseo victorioso por las calles de este pueblo, con mi Madre, La Patrona, la Señora Candelaria, a quien todo practicante le encomienda su plegaria”.

En el tramo final de su pregón, Juan Valentín Ortiz recordó la foto de amistad y reconciliación de la Junta de Cofradías, tuvo palabras de agradecimientos a sus padres, familias, amigos, sacerdotes, parroquianos, Ayuntamiento, a la Junta de Hermandades, a los capataces, a los compañeros costaleros y a todos los cofrades, para finalizar con la siguiente conclusión “Reinaré eternamente con la fuerza de mi trono: Soy el Alpha y el Omega, quien existe desde siempre, y hasta siempre reinaré yo tan amorosamente en el pueblo que nos une, en mi Fuente del Maestre”.

El pregón musical estuvo protagonizado por el Coro Aires de Ayer y de Hoy que, en esta ocasión, interpretaron Llora la Virgen en la Cruz, Costalero y Padre Nuestro Cofrade. Dicho coro estuvo dirigido por María José Morgado y, de forma especial, les acompañó al tambor el pequeño Antonio Jesús Moreno Morgado.

Antes de iniciarse el pregón, tomaron la palabra el portavoz de la Junta de Hermandades y Cofradías, Pedro José Gordillo, y el presentador del pregonero, su amigo, Juan de Dios Pecero Salamanca. Y en la conclusión, intervinieron el alcalde de Fuente del Maestre, Juan Antonio Barrios y el párroco de la ciudad, Francisco Javier Moreno.