El recientemente reelegido secretario general de USO, Joaquín Pérez, ha inaugurado, junto con el coordinador de USO-Extremadura, Luis Gil, y otros dirigentes nacionales y regionales del sindicato, la nueva sede de la organización en Badajoz. Una sede, destaca Pérez, “acorde con el crecimiento que nuestra Unión Territorial está experimentando.

En el último año, en uno de los peores momentos laborales de la historia reciente, USO-Extremadura aumentó su
afiliación en un 30 %”.

Datos que ya alcanzan “los 3.500 afiliados. Hace tres años, cuando USO emprendió en Extremadura este crecimiento constante, teníamos 2.000 afiliados. Y, en cuanto a delegados, contamos con más de 200, especialmente en el sector
público. Este crecimiento nos ha llevado a apostar por una sede más grande y funcional, para garantizar una mejor atención a nuestra afiliación”, expone Luis Gil.

Al acto de inauguración, además del secretario general y del máximo responsable en Extremadura, han acudido representantes de las cinco federaciones estatales y de las federaciones en la comunidad autónoma. Igualmente, han estado presentes representantes de los partidos políticos de la Junta y el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera.

En Extremadura urgen políticas de empleo, formación y salarios Pérez y Gil han aprovechado la inauguración de la nueva sede para analizar los datos de empleo y salarios en Extremadura.

“Nuestra comunidad sigue a la cola de los salarios en España, con 850 euros mensuales menos que los madrileños, 430 menos que la media y solo cerca de Canarias. No basta con decir que la vida en Extremadura es más barata que en Madrid. El último dato de IPC confirmado sitúa el alza de los precios en 8,1 %, frente al 7,4 % de media nacional, y aún no hemos conocido el de marzo, que en España rozará el 10 % cuando se confirme”, denuncia Luis Gil.

La gran dependencia de los servicios condiciona estos salarios tan bajos. Y, si bien en términos de porcentaje de parados Extremadura ya está ligeramente mejor que antes de la pandemia, “solo hace falta rascar un poco en las cifras para ver profundas desigualdades. Por ejemplo, la tasa de paro entre las mujeres es casi un 10 % mayor que la de los hombres, solo se igualaron los porcentajes cuando creció la contratación en cuidados durante la pandemia. Y el paro juvenil ha llegado incluso al 70 %. Esta falta de oportunidades supone la pescadilla que se muerde la cola, con la mayoría de los jóvenes emigrando en busca de empleos mejores”, lamenta Pérez.

“En Extremadura carecemos de un plan ambicioso para desarrollar productos industriales y tecnológicos. La apuesta por los servicios seguirá lastrando nuestro empleo”, corrobora Luis Gil. El responsable de USO-Extremadura concluye analizando uno de los datos extraídos del informe de USO: “mientras los extremeños con mayor formación se van en busca de un empleo acorde con sus conocimientos, los parados tienen muy poca cualificación. El 57 % de las personas en desempleo no ha terminado el segundo ciclo de la ESO. Están condenados a quedar excluidos del mercado laboral o a mantener puestos de poca cualificación y, por lo tanto, bajas remuneraciones”.