Plena inclusión Extremadura reclama a las administraciones públicas, coincidiendo con la semana en la que ha concluido el curso escolar y comienza el período vacacional de los menores, recursos de conciliación para las familias de personas con discapacidad intelectual.

La federación ha venido observando que, en los últimos años, la inmensa mayoría de los campamentos de verano, actividades urbanas y rurales y sus múltiples variedades (inmersión lingüística, deportes, o multiaventura, entre otros), no están adaptados para personas con discapacidad intelectual, ni son accesibles cognitivamente, ni cuentan con los apoyos necesarios para realizar estas actividades desde una perspectiva inclusiva.

Las familias de personas con discapacidad intelectual encuentran en esta época del año verdaderas dificultades para conciliar su vida laboral con las vacaciones de sus hijos. Pese a que no hay datos oficiales, los menores con discapacidad intelectual quedan excluidos de los campamentos de verano, debido a las mayores necesidades de apoyo que requieren. No obstante, sí se amplía la oferta cuando se trata de otro tipo de discapacidades. Por ello, Plena inclusión Extremadura denuncia esta situación.

El presidente de la federación, Pedro Calderón, explica que, “un año más, hemos recibido quejas de familiares de niños y jóvenes con discapacidad intelectual; bien por la falta de oferta o porque se les ha denegado la inscripción en el campamento en el que querían participar porque carecía de condiciones y recursos necesarios para atenderles”.

La federación reclama que deben ponerse a disposición de todos los ciudadanos los mismos recursos, sea cual sea su condición, tengan o no tengan discapacidad. Por ello, Calderón hace un llamamiento a los ayuntamientos de la región y a la Junta de Extremadura para que “programen actividades de verano inclusivas y exijan a las entidades privadas colaboradoras que los organizan, que cumplan esta condición”.

La carencia de campamentos inclusivos lleva a las propias entidades y asociaciones de personas con discapacidad intelectual a buscar recursos específicos para el colectivo, que constituye una autentica segregación, intentando dar respuesta a las familias cuando en realidad es un problema social y estructural al que se debe dar respuesta desde los recursos públicos.

Además, la federación propone que se destine un porcentaje de las plazas a personas con discapacidad intelectual, creando una sociedad realmente inclusiva, ya que todos los niños y adolescentes merecen ocio y diversión en la misma medida que el resto de menores, concluye el presidente.