¿Se puede estar produciendo un fenómeno actual, que las personas estamos cayendo en errores morales graves, y, nos estamos convirtiendo en esclavos o semiesclavos, por indicarlo de alguna manera, de esas realidades psicológicos morales…?

¿Puede estar sucediendo, como una especie de “secuestro psicológico o empatía psicológica negativa”, por la cual, si un individuo equis, ha caído en un error moral grave, por la empatía que tienes a ese individuo, o a la madre de esa persona, o que ese individuo es hijo de tu hermano, o que es amistad profunda, pues no somos capaces de distinguir, entre el principio de siglos y milenios, que indicaba “que una cosa es el pecado y otra el pecador?

¿O, dicho de otra manera, que al pecador, a la persona que realiza esos actos, hay que tener una misericordia y piedad ilimitada, pero no podemos aceptar, que lo que realiza es bueno, ni bueno psicológico, ni bueno moral, ni bueno espiritual, ni bueno social, ni bueno económico, etc.?

¿Por tanto, puede que se esté produciendo diríamos entre el yunque y el martillo, esta doble hélice de presión, que por un lado, los humanos estamos cayendo en errores graves, inmorales y psicológicos, que pueden ser de docenas de maneras o cristalizaciones y concreciones, que convierten a los hombres, en “nuevos esclavos de aptitudes y actitudes inmorales, a nivel psicológico y moral…?

¿Y, por otro lado, por esa empatía que tenemos a esa persona, a sus familiares, a mil lazos afectivos que se producen entre los hombres, no seamos capaces de distinguir, ni psicológica, ni éticamente, que esos actos y aptos y aptitudes y actitudes son negativas e inmorales, pero eso no quita, que la persona que la haga, tengamos misericordia y piedad de/hacia ella, que le ayudemos, si es que quiere, salir de ese pozo o de ese hoyo? ¿Qué justificándole, no le hacemos un favor, sino simplemente, lo vamos metiendo más en ese mar negro y obscuro, que puede aparentar ser un objeto de la propia libertad personal, de autoidentidad, de propia dignidad humana, de autenticidad, de conciencia y autoconciencia, pero que no lo es, ni en el fondo, ni en la superficie…?

Durante siglos, se hablaba de los siete errores morales graves o de los siete pecados capitales, la primera óptica o visión, era una perspectiva más filosófica y psicológica, psicofilosófica, podríamos indicar con lenguaje de hoy, y, la segunda con un nivel ético y moral, con una dimensión más teológica y religiosa, especialmente cristiana…

Durante siglos, se pensaba que esos siete errores morales graves, capitales, de capita, de cabeza, era la fuente y raíz y río de otros males. Por consecuencia, cada error moral grave, no solo tiene consecuencias en su entidad y su singularidad, sino que por lo general, se caen en otros errores morales graves, incluso psicológicos y sociales y culturales y económicos.

Pongamos el ejemplo, de la ebriedad –y, nadie se ofenda-, por no citar, otras docenas posibles de errores, la persona que cae en el alcoholismo, puede tener consecuencias biológicas para él o ella, sociales, económicas, psicológicas negativas. Y, puede tener consecuencias negativas, las tiene de hecho, para su propia familia, pero incluso, con consecuencias a veces, para la segunda o tercera o cuarta generación –cosa que en otro lugar, hemos indicado o, explicaremos en otra columna…-.

Se podrían situar cientos de casos, cosas, entidades, realidades, cada uno, con sus vertientes y ópticas particulares, después, esas mismas realidades, se pueden materializar o concretizar o cristalizar de distinto modo en una persona o en otra… pero esta es la cuestión, cada ser humano, tiene, como uno de sus grandes fines-finalidades, no caer en “neoesclavitudes psicológico morales actuales”. Porque al final, un mal moral grave, una aptitud-actitud inmoral grave, hace a un ser humano, en cierto modo esclavo de esas formas de pensar, de actuar, de desear, de sentir…

Pero sucede también un fenómeno, que raramente se indica, pocas veces, se piensa, que la persona que va cayendo en un error moral grave, puede empezar de forma simple y sencilla y esporádica en esa forma de ser o de estar o de hacer. Siguiendo con el alcoholismo, puede empezar, en los botellones, de forma esporádica, pero esa necesidad, en parte de los individuos, se va haciendo más necesarias, más constantes, más precisas, más hábitos negativos… Y, sin darse, totalmente cuenta o ser consciente, puede estar tentado o dirigido al fin, nefasto de una neoesclavitud psicológico moral, del alcohol –que es el ejemplo que citamos…-. Más teniendo en cuenta, que las bebidas alcohólicas, disponen de muchos grados de alcohol, y con, relativa y pequeña cantidad de esa substancia, pues se alcanzan grados importantes de efectos/consecuencias…

Pero también sucede, realidad que se confunde y no se quiera indicar, que por lo general, un defecto moral, leve o grave, se/le acompaña o propicia o incentiva otros. Se unen dos realidades morales inmorales, dos prácticas o formas de pensar erróneas, a nivel psicológico moral. Por lo cual, diríamos que una forma de hábito negativo, de desvirtud, de vicio, de pecado capital, de error moral grave psicológico y moral, -porque suele tener siempre las dos vertientes-, pues tiene consecuencias, se combina y relaciona y sintetiza y sinergiza e hibrida con otro y otros. Es una batalla de negatividades…

Cada uno debe autoexaminarse, cada uno debe mirarse en el espejo de la autoidentidad seria y profunda y sincera y sin engaños. Y, cada uno tiene que autoevaluarse en los errores psicológico morales, o éticos morales, que tienen consecuencias, en distintos planos de la realidad humana…

Supongo, que para muchos, este artículo no gustará, es más agradable que un escritor, te exprese, y, te indique aquello de total libertad personal, bajo solo el límite del imperio de la ley, de la autoidentidad personal, solo bajo el límite del sistema jurídico, y, realidades parecidas. Todo esto es más agradable, que alguien, te indique, que quizás, hay prácticas que son inmorales, y que tiene consecuencias a medio plazo y largo plazo, negativas para ti, y, tus entornos, psicológicos, morales, económicos, etc.

¡Si tenemos libertad de conciencia y de expresión y de publicación, también, se debe emplear, para las personas, que piensan de distinto modo, o acaso, quiere usted, que escriba textos que indique que la “ebriedad”, es el ejemplo, que hemos puesto, es buena, que es psicológicamente buena, que moralmente buena…! ¡Quiere usted que vaya contra mi propia conciencia, mi propia libertad de pensamiento, mi propia libertad de conciencia, mi propia libertad de expresión, para así, decirle a usted lo que quiere oír o escuchar o sentir o desear o hablar…!

¿¡Quiere usted que exprese que lo malo es bueno y lo bueno es malo, bueno y malo, en distintos órdenes de realidades, morales, psicológicas, económicas, familiares, políticas, sociales, religiosas, etc.!? ¡Quiere acaso usted que le otorgue la razón…! ¡Porque se puede estar en contra teórica y conceptualmente de una práctica moral y psicológica, y, al mismo tiempo ser tolerante, porque estamos en desacuerdo con la ebriedad, que es el ejemplo, pero toleramos que usted o su vecino, termine cada sábado con más alcohol que una tinaja de vino de la Mancha…! ¡Paz y bien…!

JMM Caminero