En 1992 se representó por primera y única vez en el Teatro Romano de Mérida “La Tumba de Antígona”, una obra dirigida por Alfredo Castellón. Ahora, treinta años después, vuelve en versión de Nieves Rodríguez y con dirección y coreografía de Cristina D. Silveira.

El espectáculo nos ofrece una Antígona que no se quita la vida, como escribió originalmente Sófocles, sino que gracias a la reinterpretación de María Zambrano, encuentra espacios de tiempo en su delirio, con los que poder renacer. Una pieza teatral que aúna filosofía y literatura, danza y en la que la esperanza, el tiempo, el delirio y el amor acompañan a Antígona en este viaje a través de su sombra, donde se encontrará con diversas personas que de alguna manera u otra han marcado su vida.

Referente para filósofos, literatos y para el mundo de las artes escénicas en general, Zambrano se centra en esta versión de Antígona, en “la palabra creadora, la palabra de múltiples significados, palabra multívoca, palabra germinativa y palabra reveladora. Una palabra que nunca es la última”, para dar sentido a la obra. Esta fuente, es la que utiliza la directora Cristina D. Silveira para tomar inspiración, y se atreve a introducir novedades tales como la danza Butoh; una danza de origen japonés que surge después de la segunda guerra mundial y bebe del expresionismo alemán.

Jesús Cimarro, Director del Festival de Mérida, se ha mostrado contento porque ”no podíamos clausurar esta edición del festival dedicado a la figura de las mujeres y las heroínas de ayer y de hoy con un espectáculo más significativo y simbólico. La tumba de Antígona, escrita por una de las pensadoras y escritoras más inspiradoras, nos ofrece una perspectiva muy singular de uno de los personajes mitológicos más universales y poliédricos.”

Por su parte, la Secretaria General de Cultura Miriam García Cabezas ha destacado que “María Zambrano eligió Antígona como un reflejo de la época en la que le tocó vivir, memoria de un tiempo de Guerra Civil y desidio, de muertes insepultas en el que la ley impuesta por el poder de los vencedores impuso destinos, muertes y dolor. ‘La tumba de Antígona’ es una tragedia filosófica y literaria que continúa donde lo dejó Sófocles. Pero para María Zambrano, Antígona no muere y le da un tiempo extra para mantener esas conversaciones que no tuvo en vida, para que se explique el porqué de sus acciones. Antígona trasciende a la muerte”.

Cristina D. Silveira, directora, coautora del texto y coreógrafa del espectáculo ha destacado la implicación del equipo en “entender realmente a María Zambrano, desde el cuerpo y que la palabra pudiéramos hacerla a través de la metáfora, de la simbología y bueno, hacer la palabra danzante, como la llamaba Octavio Paz a María Zambrano.”

Nieves Rodríguez, coautora del texto junto a Cristina D. Silveira, admite que “una cosa es estudiar a María Zambrano, otra es escribir a partir de su filosofía, y otra diferente es intervenir su palabra, si es que puede ser intervenida. María Zambrano se presta, más que a la palabra, al silencio; y en ese sentido, Cristina, desde la danza, es una maestra”.

La actriz y coprotagonista Ana García, que interpreta a una de las tres Antígonas, agradece que María Zambrano haya llegado a ella pues “es un texto para cerrar el libro y abrazarlo y sentir lo que ella te va diciendo. Te paraliza. Es maravillosa, como transmisora de luz”. La actriz comenta que hay que pararse a escuchar las palabras de Zambrano: “escuchar y dejar de hacer, para ser. Me encantaría que eso mismo, pudiera llegar a hacer el público. Que aunque al principio la palabra de María, pudiera llegar a abrumar, ojalá consigamos que se abra. No quieran intentar abordarla desde el intelecto, o desde cualquier otro lado, sino simplemente recibir. Sería maravilloso y creo que se cumpliría el sueño de todos”.

“La tumba de Antígona” plantea preguntas sobre la sociedad actual y cuestiona la naturaleza atroz del hombre. Esta coproducción entre el Festival de Mérida y la compañía extremeña Karlik Danza-Teatro, cuenta con un reparto compuesto por: Ana García, Cristina Pérez Bermejo, Elena Rocha, Lara Martorán, Camilo Maqueda, Mamen Godoy, Tania Garrido, Jorge Barrantes, Simón Ferrero, Sergio Barquilla, José Antonio Lucia y Francisco García.

La compañía extremeña, también está de celebración, y cumplen con esta obra, 30 años de profesión. En sus inicios partieron de la danza contemporánea y poco a poco, se fueron moviendo a la danza teatro, pasando por la danza del gesto hasta culminar con el teatro físico. Esta simbiosis, junto con la palabra de María Zambrano, se subirá a las piedras del Teatro Romano de Mérida como clausura a esta 68 edición del 17 al 21 de agosto, 22h45.

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