Los ciudadanos pueden ayudar a detectar esta especie invasora de interés sanitario

El programa de vigilancia y búsqueda activa que se lleva desarrollando en Extremadura desde 2018 a cargo de los doctores Eva Mª Frontera y Daniel Bravo, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura (UEX), junto con la dirección general de Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud (SES), ha permitido detectar en diferentes puntos de la región la presencia de huevos de esta especie de mosquito, pero por ahora no de mosquitos adultos. Este año se ha vuelto a activar la vigilancia del mosquito combinando los sistemas tradicionales con la ciencia ciudadana, incorporando para ello la app Mosquito Alert al programa de vigilancia.

El mosquito tigre: una especie que hay que controlar

El mosquito tigre (Aedes albopictus) es una especie exótica invasora de interés sanitario: más allá de las molestias originadas por sus picaduras puede transmitir enfermedades infecciosas como dengue o Zika, entre otras. Originario del sudeste asiático, se detectó por primera vez en la península ibérica en el año 2004 cerca de Barcelona, desde entonces se ha expandido por toda Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Aragón, las Islas Baleares y algunas zonas del País Vasco y Madrid.

“La colaboración con Mosquito Alert reforzará los sistemas tradicionales de vigilancia”, comenta Daniel Bravo, investigador de la Universidad de Extremadura que actúa como enlace en esta colaboración institucional, “Necesitamos que toda la gente de Extremadura esté informada y reconozca al mosquito tigre. Si una persona encuentra un mosquito sospechoso y nos informa enviando una foto del mosquito a través de la app Mosquito Alert, los expertos podremos actuar más rápido y comprobar el hallazgo”.

Movilizar el poder de la ciencia ciudadana en Extremadura contra los mosquitos

Mosquito Alert se ha utilizado en España desde 2014, donde las observaciones de los voluntarios han contribuido a hacer un seguimiento efectivo de la expansión del mosquito tigre por la península, así como la detección temprana de una nueva especie invasora en el norte cantábrico: el mosquito del Japón (Aedes japonicus). Es una herramienta que ayuda a detectar y hacer un seguimiento de los mosquitos de interés sanitario aprovechando un elemento que la gente lleva siempre encima: un teléfono móvil.

“Los medios tradicionales de recolección de mosquitos son muy costosos para cubrir grandes extensiones durante mucho tiempo, y la ciencia ciudadana basada en telefonía móvil amplía y acelera la vigilancia de los mosquitos de interés sanitario”, explica Frederic Bartumeus, codirector de Mosquito Alert e investigador ICREA en el CEAB-CSIC y CREAF. La ciencia ciudadana no reemplaza los métodos de vigilancia tradicionales, sino que los complementa a la vez que crea un canal de comunicación directo entre ciudadanos, científicos y gestores de salud pública, actuando como sistema de alerta temprana y sensibilizando al público sobre el riesgo potencial de los mosquitos.

Los expertos de la Universidad de Extremadura y de la Junta de Extremadura piden la ayuda de la ciudadanía para detectar la presencia del mosquito tigre en la región: “Apostamos por una ciencia ciudadana y por un modelo de gestión participativo y abierto, donde ciudadanos, científicos, y agencias de control trabajamos juntos para minimizar las problemáticas asociadas a la presencia de esta especie invasora” comenta Soledad Acedo, responsable de Salud Ambiental, del Servicio Extremeño de Salud. Los ciudadanos pueden enviar a través de la app Mosquito Alert fotos de mosquitos que serán posteriormente validadas por un equipo de expertos nacionales, así como notificar que han sido picados por mosquitos.

Además del mosquito tigre, una especie principalmente diurna y difícil de detectar, ya que vuela a ras de suelo y pica generalmente en las piernas, los ciudadanos pueden realizar observaciones del mosquito común, una especie autóctona pero que tiene un impacto epidemiológico creciente en Europa y Extremadura. Su implicación en la transmisión del virus de la fiebre del Nilo Occidental hace necesario un seguimiento de sus poblaciones como se hace con los mosquitos invasores.