El mundo está inmerso en una compleja situación global. Acontecimientos con consecuencias de escala mundial, como el cambio climático, la pandemia o la guerra de Ucrania están poniendo a prueba las estructuras de toda la sociedad. En este contexto, la preocupación sobre la fortaleza de los sistemas agroalimentarios ha escalado posiciones en la opinión pública y en los debates políticos. “Una fortaleza cuyo sustento y fundamento debe estar en la agricultura y ganadería familiar”, como señalan desde UPA.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos participa desde hoy en el Foro Global del Decenio de la Agricultura Familiar, un evento online auspiciado por la FAO e IFAD y en el que participan organizaciones de todo el mundo. El objetivo de la cita es analizar los avances logrados en los tres años ya transcurridos del decenio y seguir reforzando el papel de la agricultura y la ganadería familiar como base de la alimentación en el mundo.

En lo que llevamos de decenio, desde 2019, se han articulado 3 Planes de Acción Regionales y 11 nacionales, así como 186 políticas, leyes y reglamentos para apoyar la agricultura familiar. A día de hoy, 53 países están trabajando activamente en la aplicación del Decenio, con la participación de más de 2.600 organizaciones de agricultores familiares –entre las que se encuentran UPA y FADEMUR–, ONG e instituciones públicas y de investigación.

La Agricultura Familiar en España

En el caso de España, la aplicación del Decenio es positiva en cuanto a la implicación de las asociaciones en su puesta en marcha o en la consideración de la población hacia el modelo familiar, pero aún queda mucho camino por recorrer en cuanto a avances en políticas públicas. Desde UPA llevan tiempo reclamando la aprobación de una Ley de Agricultura Familiar que proteja a este modelo frente a sus múltiples amenazas. “Una Ley que es urgente y cuya aprobación es perfectamente factible”, aseguran.

Con la pandemia, la guerra y ahora la inflación, el modelo familiar de producción de alimentos vuelve a reivindicarse como el que mejor garantiza la soberanía alimentaria, el más sostenible y el único que permite hacer frente al problema del despoblamiento. “Lo inteligente”, remarcan desde UPA, “es proteger los sistemas que más aportan a una sociedad, y la agricultura y ganadería familiar es un sistema digno de la máxima protección”.