La guerra es una constante en el fenómeno humano que no termina de desaparecer a pesar de los deseos de millones de seres humanos.

Hoy hipócritamente son patrocinadas por algún anunciante publicitario a la hora de las comidas , para que entre mejor la calidad de su producto.

Hoy las guerras son financiadas por bancos, corporaciones económicas, apoyadas finalmente por estados y siempre eso de firmar la paz , realmente no interesa porque no da dinero.

La maquinaría bélica se mueve en amplia producción tal como la farmaceútica. Las guerras hoy las planifican los poderosos, los ricos y pagan, ustedes lo habrán comprobado, los pobres.

A través del pantallazo se trata de inculcar imágenes y un baile de cifras manipulado para convencer a las poblaciones que no están en ningún bando quien es el bueno y quién es el malo.

Se hacina a poblaciones enteras, se las aísla, no se les garantiza ni el agua y estos tienen que huir hacia ninguna parte porque en
ningún lugar ya son queridos.

La maquinaria del cinismo manipulativo y sutil les ha colocado un estigma que no podrán quitarse en generaciones. Y yo me pregunto, ¿quiénes somos nosotros hoy? ¿Acaso somos conscientes de toda la mentira que hay a nuestro alrededor? ¿Somos acaso animales heridos y asustados que tratamos de ponernos de parte de algún supuesto bando para que no toquen nuestra cuenta bancaria?

Un miedo soterrado planea en nuestros corazones que disfrazamos con la diversión, las fiestas, las actividades populares , la gastronomía y en la evasión.

Si queremos evitar que el conflicto llegue a la puerta de nuestras casas y que va a llegar si no hacemos nada, si nos queremos un poco como especie y a nuestros hijos nuestro deber es posicionarnos en contra de estas matanzas sea del lugar de donde vengan.

Jesús Antonio Fernández Olmedo