Cómo se pone un título a un libro, a un artículo periodístico, a un poema o a un cuadro o a una composición musical. Cómo se encuentra y busca un escritor o pensador o…
Ante el espejo de una columna del excelente escritor y columnista Javier Cercas, titulado: Se busca escritor, publicado en El País, el 21 de septiembre del 2003. Reitero que cito a los autores, como una manifestación de homenaje a ellos o ellas, porque es una manera de mostrar y demostrar que los sedimentos de la escritura y de los artículos es como una tarta que va una capa sobre otra, que unos nos basamos en otros, fijándonos en un aspecto, en un tema, en un título, en una frase o en una idea. En demostrar, que llevamos con los artículos, en este terruño de la Península Ibérica, que tanto nos gusta zarandearla, al menos tres siglos.
Que un artículo se parece mucho a los comentarios que dos o tres amas de casa hacen o hacían cada mañana, cuando se ponen a barrer el trecho de su acera, y, comentan las últimas noticias del pueblo y de la fulanita y del fulanito… Y, que podría hacer el mismo artículo o columna, no citando, ni citándolos, y, parecería más original, pero siempre está sobre mí, pesan dos cosas, aquello de la enseñanza universitaria de las citas, aquello, de Unamuno, que en España se plagia y copia mucho, y, yo, no quisiera caer en ese defecto, error, deficiencia…
¿Cómo se buscan nuevas obras culturales, para darles un vuelo en los mares de la cultura, y salgan de su invernadero y olvido, como descubrir a los autores o autoras, sea en el terreno del ensayo, la filosofía, la literatura, la música, el arte plástico, y, todas las artes, todos los saberes…? ¿Existe suficiente racionalidad, existe una aplicación racional, semejante a la aplicación de los métodos que se aplican en los departamentos de Recursos Humanos, de miles de empresas de este planeta ovoide llamado Tierra-Agua-Cielo…?
En cada saber, sea matemáticas, física teórica, biología solo, dicen que solo, grandes figuras geniales, solo existen cinco o seis cada siglo en todo el planeta. Pero que después, existen cientos o miles de segunda o tercera o quinta fila, que proporciona materiales, investigaciones o creaciones parciales, que utilizan las grandes mentes. Es decir, esas genialidades…
Si esto ocurre, me digo a mi mismo, me pregunto a mi mismo, en las ciencias debemos pensar que lo mismo sucederá en los saberes humanísticos, entre otros, en las Artes. Por lo cual, a mayor globalización, ya un autor literario, pongamos el caso, que era muy importante en su comarca-región, tiene que compararse con todos los del resto de las regiones, y, aquel que era muy importante en su nación-Estado tendrá que compararse con todos los de todas las naciones-Estado de su continente y cultura y civilización, y, todos los de cada continente con todo el resto del planeta…
Con lo cual, Shakespeare, Cervantes, Montaigne tendrán pronto medirse, no solo con todos los europeos, sino con todos los del mundo de esa época. Y, así en todo. Y, así, cuándo vaya sucediendo, se irán viendo como los ranking de valía y excelencia van ascendiendo o descendiendo por la escalera del valor que se les otorga, valor de genialidad, de ingenio, de creatividad, de significado… Porque ahora, Shakespeare, Cervantes, Montaigne sea el caso, tienen que compararse con figuras egregias de su siglo de todo el planeta, de todas las culturas, de todas las lenguas, de todas las metafísicas…
Es fácil, disponemos ya una lista, que década a década se va restringiendo más y más, al irse dilatando el tiempo. La generación del 98 y la del 27 y la del cincuenta y la del 75-80 del siglo pasado, tiene que irse comparando con los autores literarios y filosóficos y ensayistas de toda Europa, pero pronto tendrán que hacerlo con todos los de Occidente, y, pronto, dentro de unas décadas con todos los de Eurasia, África, Pacífico, América del Sur, que también es Occidente…
¿Y, qué sucederá entonces, qué sucederá…? ¿Qué ya las lenguas, las ideologías, los planteamientos de todo tipo que están mezclados con la cultura, ya tendrán menos valor, ya Goethe, Milton, Dante, Homero, Cervantes, Quevedo y otros cientos de la cultura europea y occidental tendrán que confrontarse con todos los nacidos en Asia o en África, que han escrito en decenas de lenguas diferentes, han bebido de culturas y metafísicas y religiones diversas, y, que han tenido circunstancias distintas…?
No solo vendrán mercancías de Oriente, no solo vendrán megaempresas, sino que vendrán barcos repletos de autores y autoras en todas las artes y en todos los saberes… Mucho del orgullo de Europa y de Occidente, tendrá que hacerse más humilde y más modesto, que es lo que tendría que haber sido siempre…
¿Y, aquí, viene el problema del título de este modesto artículo, cómo se seleccionan obras y autores/as? ¿Al menos, se podrían aplicar criterios de más racionalidad como hacen las empresas en los departamentos de Recursos Humanos…?
¿Podría empezarse a crear Centros Documentales Virtuales, para ir recogiendo a cientos y miles de nombres, que ahora, pueden ser considerados de quinta fila, y, quizás, dentro de cinco décadas, podrán tener más capacidad a la hora de comparar lo que se hace o hizo en Europa con lo que se fabricó en Asía o en África o en el Pacífico…? ¿Quizás, alguien ahora de quinta fila, olvidado en su tiempo, quizás, dentro de diez décadas, tenga una interpretación diversa, cuándo todos los autores del mismo siglo, se comparen y se miren a la luz de su presente y de su pasado…?
¿Acaso Cervantes fue considerado un genio en su tiempo, sino un novelista que había creado una novela de fantasía y de risa…?
JMM Caminero
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