De todas las cosas negativas que la historia va dejando como un poso en algunas sociedades, una es no valorar todos los oficios y profesiones del pueblo, a y en todos los niveles.
O, dicho de otra manera, que en una casa normal típica, en la parte de abajo, con una puerta normal y rutinaria, existía una persona que llevaba realizando, ya con más de seis décadas de existencia, piezas y artilugios mecánicos de elevada perfección para instrumentos de todo tipo, de la última tecnología. E, indicaba el comentarista que así sucede en casi toda la industria y en todas las ciudades niponas, que cientos y miles de estos talleres pequeños realizan piezas e instrumentos para todas las ramas de la industria.
Todo esto me lo ha recordado un artículo La muerte de una lavandera de A. Burgos B. citado en el libro Artículos de Lujo. Creo que en nuestra sociedad y país y paisaje y paisanaje, recordado al viejo maestro del pensar y de la agonía, Unamuno, que yo creo se olvida su importancia en el columnismo –como también en tantas conferencias que hizo, tantos escritos que hizo en política, tantas cartas que redactó, aunque existen libros y algunas tesis tengo entendido existen sobre estas materias, y, también, necesitamos unas nuevas Obras Completas de Unamuno, porque Ortega se ha revitalizado, pero Unamuno duerme demasiado el sueño de los justos, aunque no del todo, aunque se haga alguna película sobre un trozo de su existir…-.
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