Treintañeras con holgura, consolidadas en el calendario dentro de sus calendarios internacionales y siempre escenario de momentos de gran intensidad. El ciclismo juvenil, en plena vorágine de
sus carreras por etapas más prestigiosas con motivo del verano, encara otro fin de semana de los que requieren un doble frente. Llegan la Vueltas a Valladolid y el Grande Prémio do Minho, en
Portugal, y en ambas será de la partida el Electromercantil-GR100. El calendario es finito. El verano, mágico. El ciclismo juvenil, desde que irrumpió el ‘fenómeno Evenepoel’, foco de cada vez
más atenciones. Y pese a todo, todavía, categoría formativa.

Para la prueba pucelana, fruto de los desvelos organizativos del Veloclub Delicias, el Electromercantil-GR100 contará con Mario Cordero, Darío Franco, Salvador García, Daniel Melo, Diego Martín y Álvaro Vela. Dadas las particularidades de las geografías que se recorren, la contrarreloj del segundo sector de la segunda etapa, el sábado por la tarde, resultará fundamental para la resolución de la general. Es una tónica bastante habitual de esta Vuelta, ya sea cronometradas por equipos o individual, aunque nunca se puede descartar el efecto del viento, no tanto de las pendientes, en otras jornadas.

La etapa final discurre por una zona muy ciclista, habitual enclave para el Memorial Ángel Lozano de la Copa de España Élite y Sub23 o, también este año, la Vuelta a Castilla y León profesional.
No se trata de un terreno montañoso, pero la alianza entre la velocidad y la siempre factible posibilidad de la acción del viento convierten los ascensos a La Garganta o Portillo, con su estético paso bajo el arco medieval, como obstáculos de una mayor entidad. Pero más para endurecer que para seleccionar.

De cara a la segunda experiencia lusitana de la temporada para la formación extremeña, por su parte, Rubén Martín y Pedro Romero han convocado a Ismael Baltasar, Luis Gallego, Pablo Gordillo, Alejandro Martínez, Curro Sánchez y Jaime Sánchez. En Portugal los ciclistas tampoco van a tener que gestionar pendientes imposibles, pero durante tres días sí deben hacerlo con dinámicas de ‘clásica’. Esto es: ritmos muy altos, constantes ofensivas y alternativas, rutas sinuosas con algunos repechos y, siempre a tener en cuenta el país vecino, tramos de calçadinha, de adoquín.

Desde un prisma altimétrico la etapa más complicada sería la primera por la presencia de dos subidas de segunda categoría, Vieira do Minho, y Gonça, dentro de los últimos 50 kilómetros.
Especialmente Gonça, que se corona a menos de nueve kilómetros y cuyo inicio está precedido de un tramo adoquinado. Un momento de la carrera al que se llegará, previsiblemente, con la
carrera muy lanzada. Los repechos y, sobre todo, los tramos de empedrado también serán ingredientes de las dos siguientes etapas, no obstante.

XXXII Vuelta Ciclista a Valladolid Júnior.
19 de julio (1ª etapa): Valladolid – Simancas (122 km).
20 de julio (2ª etapa, primer sector): Mayorga – Cabezón de Pisuerga (77,7 km).
20 de julio (2ª etapa, segundo sector): Laguna de Duero – Boecillo (9,9 kilómetros CRI).
21 de julio (3ª etapa): Valladolid – Valladolid (116,2 km).

XXXIV Grande Prémio do Minho.
19 de julio (1ª etapa): Azurém – Azurém (106,2 km).
20 de julio (2ª etapa): Oliveira Santa María – Oliveira Santa María (107,9 km).
21 de julio (3ª etapa): Viana do Castelo – Viana do Castello (89,2 km).

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