Al final del verano la mayoría vuelve a su rutina de trabajo y demás quehaceres.

Sin embargo , se ve que cada vez más gente vuelve en un estado de malestar profundo, algo irracional ya que después se supone de una temporada de descanso físico y mental , de desconexión , tan necesarios para la persona, vuelve la gente cabreada.
Unos llegan al extremo de divorciarse, otros se pelean, discusiones sin fin, incluso aumenta la violencia.
¿ A qué se debe todo esto ? La gente está en la playa o en la piscina mirando siempre hacia afuera y no hacia adentro. Mirando la barriga del otro si es más grande o más pequeña que la suya, mirando el móvil del otro si es mejor o peor que el suyo, mirando a la mujer del otro, el coche del otro , mirando a los hijos del otro si son más guapos o menos guapos que los suyos, y un sin fin de externalidades.
Ante tanta marabunta mental es normal que lleguen cabreados. Insatisfechos y asqueados del verano y las “maravillosas” vacaciones que supuestamente han logrado pasar.
Se está pendiente en todo momento de la vida del otro y no de la propia. La mente tiene un funcionamiento débil y erróneo y es uno mismo el que debe encarrilar la para y aprovechar su mal funcionamiento para convertir esa energía negativa en una fuerza positiva y generadora de nuevas cosas o ideas.
El hacerle caso a tu mente es lo que genera problemas, caos, ruindad y violencia en definitiva. Y después vienen las manías, incluso la demencia. No hace falta hoy poner ejemplos de esto que estamos citando.
Es uno el que debe de disciplinar a su propia mente de lo contrario esta irá sola y sin dueño llevándonos hacia un pozo profundo de cualquiera sabe que.
Pero para hacer esto, se debe tener un propósito en la vida que vaya más allá de lo material.
Esperamos que estos comentarios hayan servido de utilidad. Muchas gracias por su interés.
Jesús Antonio Fernández Olmedo