En el camino de considerar la tradición española de sentarse «al fresco» como patrimonio cultural inmaterial, la Diputación de Badajoz ha tomado ventaja junto a la Asociación de Universidades Populares de Extremadura (AUPEX) y a su homóloga en Cáceres. Desde junio, el proyecto Arte en la calle ha hecho del verano pacense toda una expresión popular y motivo de reencuentro.
La iniciativa tiene que ver con el mantenimiento del territorio local y está enfocada en las costumbres rurales. Todo comenzó como un proyecto integrado en el programa de exposiciones que la Institución provincial de Badajoz y AUPEX llevan a cabo desde hace 3 años para acercar el arte contemporáneo al medio rural, descentralizándolo y dando a conocer tanto artistas como espacios patrimoniales o expositivos de interés.
Si bien, en esta ocasión se ha salido de los museos, salas e iglesias para inundar las plazas y calles de Torremayor y Cabeza la Vaca, en el caso de Badajoz, y Bohonal de Ibor, Torrejoncillo, en el de Cáceres. En ellas, una silla de enea de tres metros de altura ha simbolizado la reunión que sigue caracterizando a los pueblos de España, sobre todo en regiones como Extremadura.
Una creación entre los vecinos y los que regresan por vacaciones
Hasta llegar a situar ese gran asiento en el centro de las localidades, los habitantes han trabajado junto al colectivo de artistas Tia Homes para rescatar los elementos gráficos, sonoros y visuales propios de su entorno y, durante ese tiempo, han compartido experiencias y recuerdos entre generaciones, también con quienes vuelven al municipio con motivo de la época estival.
Cómo no podía ser de otra manera, la culminación ha supuesto una fiesta popular que enorgullece a la Diputación de Badajoz y da sentido a la labor pública que persigue la vida activa de los pueblos y la conservación de su esencia.
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