Todo este lío en el que se está metido de siempre querer más y más y más, sin fin , sin límites nos está trayendo graves consecuencias tanto en nuestras vidas privadas como en lo social en general.

Se ven personas con más de 80 años comprando lotería y pensando que a ver si le toca el premio gordo ¿ en que se lo podrán gastar ? porque ya en los últimos pasos de la vida no se qué puede haber de interés en el teatro ya que han visto y revisto. A lo mejor digo yo pretenden fundar una ONG y así ser solidarios,. A mí me parece que una persona que no ha sido nunca altruista ya a la vejez va a cambiar poco.

Bueno, esto es por poner un ejemplo, si en una sola provincia la gente se ha gastado unos 100 millones de euros en lotería, qué no se podría hacer con todo ese dinero para solucionar problemas de otros a lo mejor de salud… porque no tienen un médico privado para costearse, de alquiler, de techo incluso o de otras materias.

Son barbaridades extremas las que realiza el populacho y después se vendrán quejando de la clase política como si ellos tuvieran la culpa
de todo.

El ser humano actual, el de hoy, es una auténtica vergüenza, se queda todo el pastel para él y para el otro si sobra le da las migajas. Y claro, así estamos como estamos, llegando con todo esto del consumismo a poner en peligro la vida humana en general.

Sin embargo, no se ve inteligencia por ninguna parte dado de que en vez de echar el freno a esto del consumismo se continúa y cada vez parece que más. Es una ola de irracionalidad la que se mueve por todos lados donde la parte reflexiva del ser se ha perdido.

Se podría decir que los siete pecados capitales están de fiesta de manera diaria, porque la coherencia no se observa en ninguna parte y la fiesta de ego va a tope. Esto también significa que ya estamos en el fin de una época y muy probablemente en el comienzo de otra que no se logra vislumbrar dado la situación de ocaso y penumbra que vivimos en lo cotidiano.

Y si hablamos de Navidades pues está muy claro : hipocresía, consumismo desmesurado, individualismo, codicia y nada más.

Lo que sucede es que el ser humano se empeña en blanquear su mentira por todas partes con luces navideñas pero es todo forma y de contenido nada.

El premio ganador es un ser humano capaz de pensar en el otro y nada más, lo demás es una niñería.

Terrible, si , la situación que vivimos , sólo quiere dar unas notas de luz ante tanta real oscuridad.

Jesús Antonio Fernández Olmedo