Cuando se habla de pueblos antiguos como los fenicios, los romanos o bien los incas no estamos haciendo justicia en cuanto a las denominaciones ya que en el momento actual nosotros vivimos también como los antiguos. Vivimos como ellos cuando no hemos superado la violencia, la discriminación de unos sobre otros, la marginación de muchos, la expropiación de sus tierras y los genocidios planificados.

Porque ahora algunos tienen tecnología y se consideran “modernos” y “demócratas” no quiere decir que no seamos primitivos o anticuados en el comportamiento.

Las pantomimas como la del otro día de la reunión en Alaska de los presidentes Ruso y de Estados Unidos son buena muestra de ello.
Mientras que a uno le interesa que la guerra se alargue de forma controlada y sigue ganando vendiendo armas a Europa para que financie a Ucrania y el otro se apropie con una serie de terrenos seguimos en la historia primitiva.

Unos imponen a otros como tienen que vivir y cómo tienen que morir con lo cual las mentiras que nos cuentan a diario están servidas. Otra mentira muy recurrente es hoy la de las cumbres por el clima cuando en realidad no resuelven nada y terminan en cero.

Ya vemos cada día como inundaciones repentinas y catastróficas van cayendo por el planeta e incendios que no logran apagar aunque disponen de un buen arsenal militar y nuclear.

Las contradicciones son cada vez mayores y puede que llegue un momento en que nada coincida.

Ni que decir de Europa que colabora en todo con sus empresas y un entramado de gestiones a nivel comercial con el genocidio de la población palestina.

Sus gobernantes hacen una declamación débil pero esta aún así es falsa. Así que de modernos nosotros nada, de avanzados y de pluralistas y
democráticos piadosos menos.

Estamos como los bárbaros que empalaban a los niños en la época vikinga. No hemos avanzado ni un palmo.

Jesús Antonio Fernández Olmedo