La Diputación Provincial de Badajoz acaba de editar el libro ‘Siglo y medio de tren en Extremadura 1866-2016. La línea Ciudad Real-Badajoz (CRB) unió Madrid-Lisboa’.
El libro, que cuenta con una magnífica presentación, coincide con el viaje que en estos días realiza por la región el Tren Prestige con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de la inauguración de dicha línea ferroviaria.
La publicación recoge diversos artículos cuyo hilo conductor son los prolegómenos de la gestación de esta línea ferroviaria y su posterior desarrollo, así como su significación en la historia de la región.
Se abre con un recordatorio del apoyo histórico que la Diputación Provincial de Badajoz ha dispensado al desarrollo del ferrocarril por tierras extremeñas y un artículo del actual presidente, Miguel Ángel Gallardo Miranda, en el que éste reivindica un tren digno para Extremadura.
Gallardo recuerda que hay una estrecha relación entre las potencialidades económicas de una región y el desarrollo que alcance su tren. Hace memoria de lo que supondría para las gentes del pasado siglo, que asistieron al nacimiento del tren, ver el paso de las gigantescas máquinas por La Serena y las Vegas del Guadiana. Recuerda también que esta presencia convertía a Badajoz en puerta directa de acceso a la capital lisboeta. Y dice que fue un revulsivo, una revolución en todos los sentidos. Más adelante, lamenta la poco esperanzadora situación que el ferrocarril presenta actualmente en Extremadura, pero señala que el Pacto por el Ferrocarril firmado la pasada primavera fue un grito de indignación ante la injusticia que supone no contar con un tren digno en la región.
El presidente de la Diputación explica que los responsables institucionales comparten la indignación ciudadana por esta situación y plantea la urgencia de rediseñar los trayectos ferroviarios para que sirvan a la vertebración de Extremadura, favoreciendo la comunicación interna y al sector exportador.
La publicación cuenta con prólogo de Carlos Abellán Ruiz, director del Museo del Ferrocarril de Madrid y de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, así como con artículos de Carlos Guasch Criado, presidente del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español y de Ángel Caballero Muñoz, presidente de la Asociación Extremeña de Amigos del Ferrocarril. Otros articulistas que aportan su óptica enriquecedora a la obra son Víctor Guerrero Cabanillas, que escribe sobre ‘Francisco Luxán, un liberal progresista en el reino de Isabel II’; José Manuel Seseña Molina, que lo hace en torno a los ecos que tuvo la ‘Inauguración de la línea’ y el ‘Turismo ferroviario Madrid-Lisboa’; Antonio Molina Cascos, que ha investigado sobre ‘Villanueva de la Serena, punto kilómetrico 394,1’; Yolanda Barroso Martínez, cuyo artículo hace referencia a ‘La llegada del ferrocarril a Mérida’; por su parte, Miguel Muñoz Rubio ha escrito sobre ‘Los tráficos agropecuarios de la línea Madrid-Ciudad-Real-Badajoz-frontera portuguesa’ y César Mohedas García titula su artículo ‘Y desde 1941, Renfe en Extremadura’.
El libro cuenta con abundante información gráfica y fotos históricas de la línea ferroviaria.
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