Reyes Abades, emigrante extremeño para hacerse un hueco entre los principales maestros de los efectos especiales, ha fallecido ayer tras sufrir un ataque al corazón en Torrejón de Ardoz, ciudad en la que trabajaba y residía desde los 15 años.
Nació en 1949 y era natural de Castiblanco. Reyes Abades fue uno de los españoles que mayor éxito cosechó en las artes escénicas, tanto en el ámbito nacional como internacional desde que comenzara como supervisor de efectos especiales en 1968 de la mano de Manuel Vaquero.
Fue creador del mundo de Alatriste y colaborador a lo largo de los años de grandes cineastas como Pedro Almodóvar, Guillermo del Toro, Carlos Saura, Julio Médem o Álex de la Iglesia. Por ello, su nombre aparecía en los títulos de crédito en efectos especiales de numerosas películas.
Tal y como recoge la Academia de Cine, en el 79 se independizó y fundó su propia compañía. Desde entonces, además del cine, colaboró en publicidad, televisión, espectáculos audiovisuales, parques temáticos y grandes eventos. Uno de ellos fue la del encendido del pebetero olímpico de Barcelona 92 ya que fue el responsable de que todo saliese bien aquella noche de verano.
Su gran trabajo fue distinguido con más de 300 títulos y con la Medalla de Extremadura en el año 2000. Además, había conseguido 9 Premios Goya de los 20 a los que optaba y estaba nominado a otros dos premios en la gala que se celebrará mañana sábado 3 de febrero.
El 25 de enero recibió en Badajoz el Premio Especial del Jurado de la II Edición de los Premios Extrecine que organiza PROCINE, Asociación de Productores Cinematográficos y Artes Audiovisuales de Extremadura. También contaba con el Premio Ricardo Franco del Festival de Málaga y la Medalla al Mérito en las Bellas Artes.
Reyes Abades tenía pendiente el estreno de Tiempo después, El reino, El hombre que mató a Don Quijote y Memorias del calabozo.
La Junta de Extremadura ha lamentado su pérdida y ha señalado que “con su fallecimiento, Extremadura pierde a uno de sus hijos más distinguidos y uno de los mejores embajadores de nuestra tierra. Nunca dejó de tener lazos con su Castiblanco natal y siempre estuvo al servicio de Extremadura”. Su presidente, Guillermo Fernández Vara, ha mostrado sus condolencias y ha escrito en su cuenta de Twitter que “ha muerto uno de los extremeños más grandes de la historia. Y uno de los más buenos”.
En su pueblo natal han decretado tres días de luto ya que era Hijo Predilecto de la localidad. Su alcaldesa, María de los Ángeles Merino, ha explicado que están consternados ya que era una persona que se dejaba querer, colaboradora, que proclamaba con orgullo su procedencia y que disfrutaba durante sus estancias en Castilblanco donde poseía una casa.
De ahí que el Consistorio haya puesto un autobús para desplazarse hasta el tanatorio de Torrejón de Ardoz donde mañana, a partir de las 12 horas, se oficiará una misa y con posterioridad tendrá lugar el entierro.
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